Las épocas de crisis son tiempo de oportunidades. El ingenio se agudiza para salir del paso y cada día surgen nuevas ideas y modelos de negocio. Muchos dicen que emprender es arriesgado, pero depender de que el gobierno sea capaz de crear empleo de nuevo, visto lo visto lo es más. Mucho más.
Es cierto que la crisis se está cebando con España, pero el resto de países europeos no están fuera del alcance de esta depresión y también se están viendo afectados. La cuestión es que cada país, ya sea por mentalidad, tradición o simplemente por su capacidad de adaptación, afronta la crisis de manera diferente.
No deja de sorprenderme como España sigue ocupando el puesto 136 (de 185 países analizados), en cuanto a la dificultad de montar un negocio. Este dato, publicado por el Banco Mundial en su informe Doing Business 2013 vio la luz el 23 de octubre de 2012. Cuatro años de crisis y seguimos necesitando 28 días y 10 trámites para crear una empresa en este país. Acojonante. Es más difícil crear una empresa en España que en Afganistán, Albania, Burundi, Irán, Kosovo, Kenia, Marruecos, Nepal, Nicaragua, Ruanda, Senegal, Tanzania, Yemen o Zambia. Y aún hay más, estos solo son algunos ejemplos. Nuestro gobierno ya no solo es incapaz de crear puestos de trabajo, sino que es incapaz de facilitarnos las cosas para que nos los creemos nosotros mismos.
Dando un paseo por Europa nos encontramos casos como el de Alemania, que sin estar tan necesitado como España, ha reducido al mínimo el tiempo necesario para crear tu propia empresa. Concretamente a dos días. Por ley. Además poseen un fuerte apoyo por parte del sector privado que está dispuesto a apostar por nuevas ideas. Otra de las claves que encontramos en Alemania a diferencia de España es, según Marc Vidal, que los inversores allí apuestan por la exportación desde el inicio. En España, sin embargo, los inversores prefieren probar el modelo aquí y luego se plantean salir fuera. Es una cuestión de cultura empresarial y a España desgraciadamente esto le supone un hándicap atroz.
Por otro lado, la crisis en Francia también ha potenciado el espíritu emprendedor. La administración ha allanado el terreno simplificando el “papeleo” y los costes para que los franceses emprendan. No hay que ser un experto en economía para darse cuenta de que es una manera muy eficaz de tratar de amortiguar los efectos devastadores de la crisis y de reactivar la economía de un país. Además han establecido desde 2011 una nueva ley por la cual los emprendedores franceses tendrán a salvo su patrimonio, en caso de que su empresa fracase. Sin duda, da seguridad a la hora de emprender y fomenta los intentos.
Reino Unido por su lado creó ya desde el 2003 el Global Entrepreneur Programme, que oferta ayudas, herramientas y contactos. La finalidad del programa fue incentivar la creación de startups que utilizaran a su país como la base estratégica para su expansión internacional. Es decir, buscan talento y lo financian para que triunfe. Lo que indudablemente repercute positivamente en el país. Parece algo obvio pero no todos los países en Europa lo hacen.
En términos generales, podemos decir que hay países en los que emprender es un estado de ánimo, una forma de ver la vida. Además en otros continentes no gestionan el fracaso de la misma manera que en muchos países europeos. En Estados Unidos o en Japón, por ejemplo, el fracaso es solo un paso más en el camino hacia el éxito. El fracaso allí te enseña y te invita a intentarlo de nuevo. Todo lo contrario a algunos países europeos en los que fracasar una vez significa no volverlo a intentar. España indudablemente es uno de ellos. Debemos cambiar esto.
Emprender es en conclusión, una de las principales soluciones que los europeos están adoptando para reactivar la economía de sus países o para evitar que se venga abajo. En España las cosas están cambiando, es cierto. Cada vez más personas se animan a emprender y hay más incubadoras de negocios y lugares que te asesoran y ayudan, pero nos queda aún mucho camino que recorrer. Debemos perder el miedo al fracaso. Debemos aprender a gestionar los riesgos con prudencia, pero a gestionarlos, no a huir de ellos. El gobierno debería ver el potencial que tenemos (porque lo tenemos, sin duda) y ayudarnos. Debería facilitar las cosas. Pero aún así, esto no debe ser una excusa. Debemos superar las dificultades y emprender. Debemos perder el miedo. Estrujémonos el cerebro hasta dar con la idea que lo cambie todo. Tenéis potencial, tenéis ideas. Levantaos del sofá y luchad por vuestro futuro. Sed constantes, no decaigáis. Recordad que a veces la cosa más simple es la que esconde el éxito. Prestad atención cuando un amigo o familiar os diga cosas como “estoy harto de…” o “estoy cansado de…”. Porque en las necesidades de la gente es dónde está el dinero. Mejorad la sociedad y lucraos con ello. No busquéis trabajo, creadlo.[…]
Por Adrian Sevilla para El Sátiro Mordaz
“Todo viaje, por largo que sea, empieza por un solo paso”
Lao-Tsé.
Esto no es noticia,pero debería serlo.Buenísimo artículo.Repleto de datos,verdades,llamadas de atención y llamadas a la acción.Considero que emprender es una actividad » saludable» para las personas; te hace conocerte,fijar metas y mantener vivas( o al menos atentas) las ganas de seguir activo; cosas no poco importantes hoy en día. No menos beneficiosa es la actividad del emprendedor para el país donde emprende. Creatividad,mejora,cambio,lucha,constancia y aprendizaje son algunas de las cosas que España se llevaría si facilitase las cosas a todas aquellas personas que aún con todo lo que oyen,ven y leen les quedan ganas de emprender.Veo más que claro que es una de las soluciones para no morir ahogado en ésta pecera ibérica; pero si nos quitan el agua…pues se irán de aquí. Mientras tanto, ánimo para esos superhéroes!
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