Las críticas de la prensa extranjera a la capacidad económica de España o, a su papel, para dirigir la Unión Europea este semestre han provocado la alarma en la Presidencia del Gobierno.
Ante esta circunstancia, que ya empezó a hacerse notar a finales del año pasado, la Secretaría de Estado de Comunicación está preparando un plan para difundir, más que las bondades, los proyectos de la política económica en el contexto internacional, según las fuentes de la Presidencia consultadas por EXPANSIÓN.
En el próximo mes, los ministros, secretarios de Estado y secretarios generales del equipo económico del Gobierno van a recibir instrucciones del Palacio de la Moncloa para que cumplan la siguiente recomendación: que no se limiten a hacer declaraciones y ruedas de prensa a los medios de comunicación en general, sino que también hagan una labor más específica entre el grupo de presión y la asesoría de comunicación para explicar la política económica, la situación actual de España y sus perspectivas de salida de la crisis.
La Presidencia del Ejecutivo quiere que, siempre que la agenda lo permita, desde la vicepresidenta económica, Elena Salgado, hasta los secretarios de Estado y generales de los distintos ministerios, se reúnan con los responsables de economía de los principales medios de comunicación en la Unión Europea, incluyendo la entrega de amplios informes sobre la situación de España.
Una productora de TV
Dentro de esta ofensiva del Gobierno por mejorar la imagen exterior de España está la decisión de los servicios del Palacio de la Moncloa de contratar una productora belga, por 83 millones de euros, para difundir los actos de la Presidencia europea, como adelantó EXPANSIÓN el pasado sábado, 9 de enero.
De acuerdo con las fuentes consultadas por este periódico, en la Presidencia del Gobierno ya han asumido que, en cierta manera, el Ejecutivo siempre va a recibir críticas de buena parte de la prensa nacional, en función de las posiciones ideológicas y empresariales de los diferentes medios, pero están sorprendidos de la dureza de las críticas procedentes del extranjero. Sobre todo, por el cuestionamiento de la capacidad de España para gestionar la Presidencia de la Unión Europea.
Una muestra muy clara de ello es que, el pasado día 8, el propio jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, se quedó sorprendido cuando un periodista le preguntó si se sentía con autoridad suficiente para dirigir la UE desde un país que, con un 19,4% de la población activa, según Eurostat, casi duplica la media de desempleo de la zona del euro, con un 10%.
Zapatero respondió que es «absolutamente inaudito» que se pueda dudar de su capacidad, y de la de España, para dirigir la UE en el presente semestre. Sin embargo, medios económicos, como Financial Times o The Economist, en el Reino Unido, o Handelsblatt, en Alemania, han avanzado editoriales muy duros con el programa español para Europa. Incluso, ayer mismo, la agencia Reuters decía que «España va a hacer frente a años de dolor, de dificultades, hasta recuperar la competitividad».
La indignación del ministro Corbacho en la OCDE
En alguna ocasión, el propio ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha sufrido la dura imagen de la recesión española que se está difundiendo más allá de nuestras fronteras. El 28 de septiembre de 2009, Corbacho salió un poco indignado de la reunión que tuvo en París con las más altas instancias de la OCDE.
Según cuentan fuentes próximas al ministro, Corbacho, que suele ser muy claro en sus manifestaciones, tuvo que hacer un esfuerzo de contención para decirles, con mucha diplomacia, a los gestores del club de los países más desarrollados del mundo que es falsa la idea de que España esté hundiéndose en la miseria económica.