Examinando un futuro en el que el mercado permea todas las esquinas de la vida, Marx escribió en el Manifiesto Comunista: «todo lo que es sólido se desvanece en el aire». Para alguien que vivió en la Inglaterra victoriana temprana -el Manifiesto fue publicado en 1848- era una observación asombrosamente visionaria.
En esa época, nada parecía más sólido que la sociedad en cuyos márgenes vivía Marx.
Un siglo y medio más tarde, vivimos en el mundo que él anticipó, en el cual la vida de todos es experimental y provisional, y la ruina súbita puede llegar en cualquier momento.
Unos pequeño puñado de gente ha acumulado vastas riquezas pero incluso eso tiene una cualidad de evanescente, casi fantasmal.
En los tiempos victorianos, los verdaderamente ricos podían darse el lujo de relajarse, si eran conservadores a la hora de invertir su dinero. Cuando los héroes de las novelas de Dickens finalmente reciben su herencia, no vuelven a hacer nada jamás.
Hoy en día, no existe un remanso de seguridad. Los giros del mercado son tales que nadie puede saber qué mantendrá su valor, ni siquiera dentro de unos pocos años.
Comentario: Estoy totalmente deacuerdo con este articulo ya que ahora con la globalizacion, los ciclos económicos y la política nadie está seguro al 100% a diferencia de tiempos pasados que la gente que tenía muchas riquezas ya no se preocupaba más por su futuro, ahora se deben tomar medidas preventivas si uno no quiere arriesgarse a estos cambios que como se ha visto pueden ser muy beneficiosos si se manejan de forma correcta.
Fuente: BBC
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