Bono alemán, ¿la próxima burbuja?

Una condición imprescindible para los activos refugio es que lo sean efectivamente, que cumplan su función. Pero el puerto seguro por excelencia de la eurozona, el bono alemán, puede acabar muriendo de éxito y cubrir de pérdidas a los que confiaron en él.

El miedo aumenta, el dinero se fuga de España a otros países de la zona euro. No se va, claro está, a los que están peor -o totalmente rescatados-, como Irlanda, Portugal y Grecia, ni tampoco a aquellos en los que el futuro también es incierto, como Italia o Bélgica. Los últimos datos de la balanza de pagos nacional certifican la huida de capitales a ritmos nunca vistos, incluso superiores a los de la quiebra de Lehman Brothers.

El vuelo hacia la calidad (de la expresión inglesa flight to quality) se lleva produciendo desde que fueron estallando las diferentes crisis. Primero fue la financiera, por la proliferación de activos tóxicos de bancos del otro lado del Atlántico; después viajó por tierra, mar y aire al Viejo Continente; la tercera entrega pasó factura a la economía real a ambos lados del Atlántico; y la cuarta fase, que afecta de momento casi exclusivamente a la zona euro, tiene que ver con los problemas de la deuda pública y la incapacidad política de dar una solución global a la crisis.

La enésima mala noticia es que la espiral del miedo a la que están sometidos los inversores, y de la que sacan partido los especuladores, provoca reacciones descontroladas. Varios analistas apuntan con el dedo a la deuda alemana, el adorado bund del único país que de momento está sacando partido de la delicada situación que se vive en los mercados de deuda.

El estatus del país de Angela Merkel, que conserva sin mayores problemas la triple A por parte de todas las agencias de calificación, es tan privilegiado que ha llegado a financiarse a tipos de interés negativos en las a letras corto plazo. Mientras, la rentabilidad de sus bonos a 10 años llegó a situarse por debajo del 1,2% el 1 de junio. Un precio de risa si tenemos en cuenta que hoy mismo Italia se ha visto obligada a prometer casi el cuádruple para colocar letras a 12 meses.

En el Sur

Un poco más hacia el Sur, España e Italia saben que cada subasta de deuda que hagan puede ser la última, aquélla en la que el mercado diga basta y les cierra definitivamente las puertas. Los países periféricos repelen a los inversores y solo los bancos nacionales acuden a la cita, con la respiración asistida de la liquidez del BCE. Alemania, en cambio, tiene cada día más imán.

Y eso tiene su riesgo, porque la rentabilidad de la deuda se mueve en sentido inverso a los precios. Es decir, cuanto menor sea el interés, mayor será el precio. Desde hace dos años y, sobre todo, desde la vuelta del verano pasado, los inversores han huido en masa al bono alemán y los precios se han disparado. ¿Es sostenible? Lo bueno de la deuda soberana, y más si la emite Alemania (con Grecia sería otro cantar), es que si se aguanta a vencimiento la recuperación de lo invertido está garantizada. El riesgo lo sufre quien quiera su dinero a medio camino. Si el activo está sobrevalorado, cualquier cambio de tendencia puede reventarlo. ¿Hay riesgo de que eso sea así?

En general, los analistas muestran cierto consenso sobre el excesivo precio al que ha llegado el bono alemán. «No hablaría de burbuja, pero nosotros creemos que está caro y que hay otras opciones», explica Tomás García-Purriños, analista de economía y estrategia de Cortal Consors. «Recomendaríamos más la compra de deuda corporativa o de bonos de alto rendimiento. Con cuidado y bien elegidos, han subido menos y tienen más recorrido», añade.

Miguel Paz, director de Gestión de Unicorp Patrimonio, es más rotundo: «Parece clara la existencia de una burbuja en el bund alemán, aunque, como todas las burbujas, ninguna se admite hasta que no se pincha». Los hechos son incuestionables. La rentabilidad del bono teutón a una década ha llegado a caer más de 200 puntos básicos en poco más de un año: en la primavera de 2011 pagaba alrededor de un 3,5%.

Es cierto que la jugada les ha salido redonda a los que compraron entonces o en el momento de máximo terror con la quiebra de Lehman. Tras el 15 de septiembre de 2008, el bund pasó en unas semanas de ofrecer el 4,7% a poco más del 2,75%. Por ejemplo, los que compraron en el pico del terror el bono alemán emitido en mayo de 1997 y con vencimiento en julio de 2007 ganan un 18% solo por la variación del precio, además de los intereses correspondientes. El nominal en septiembre de 2008 rondaba el 100% y ahora se sitúa en el 118%.

Situaciones similares pueden hallarse en los bonos suecos, holandeses o finlandeses a 10 años, cuyas rentabilidades actuales se sitúan respectivamente en el 1,5%, el 2% y el 1,8%. El sufrimiento de la deuda griega, irlandesa, italiana, portuguesa o española ha sentado estupendamente al coste de financiación de dichos países.

Aviso a navegantes

Pero la situación puede llegar a un punto del todo insostenible, si es que ya no se ha llegado ya a él.Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo, ha comenzado a alertar del riesgo de que se haya creado una burbuja con la deuda alemana. No solo eso: ha empezado a vender para reducir su exposición.

Ahora, lo que hay que ver es cómo se sale del atolladero. «Alemania tendrá que echar cuentas y calcular si le sale más barato terminar de construir la zona euro o destruirlo todo. Esto último no es probable, de manera que lo lógico es que acepte los eurobonos. Esta decisión tendría un efecto instantáneo en la deuda de los países periféricos, que se relajaría, y también en la alemana, que volvería a niveles más racionales, en el entorno del 2,5%», apunta Miguel Paz. Y eso ya de por sí implicaría pérdidas para los inversores, incluso aunque el estallido de la burbuja no fuera brutal. Si la rentabilidad sube desde el 1,5% actual al 2,5%, por ejemplo, la minusvalía latente se situaría en el entorno del 6%. Si volviera al nivel del 4,5% previo a Lehman, la caída del precio rozaría el 16%.

La prima de riesgo vuelve a superar los 500 puntos y el Ibex frena su escalada

El efecto del rescate bancario se diluye y la prima de riesgo, que ha aflojado 22 puntos a primera hora, vuelve a superar los 500 puntos básicos (llega a los 511) y el bono se sitúa en el 6,45%. El riesgo país de Italia también repunta y se sitúa en los 466 puntos. El Ibex, que ha abierto con ganancias de hasta el 5,5%, modera la subida y suma alrededor del 1%.

Los bancos, que se disparaban con alzas de hasta el 10%, siguen situándose entre los mejores valores del Ibex pero con ganancias más moderadas. Bankia se apunta en torno a un 4,5%, BBVA y Bankinter suben alrededor del 2% y Santander lo hace cerca del 1,6%.

Los expertos esperan que el spread siga estrechándose, al menos en el corto plazo. «La prima de riesgo había alcanzado máximos por la desconfianza de los inversores internacionales hacia el sector financiero, además de por las cuentas públicas y por la tasa de paro. El rescate disipa parte de esos temores y el spread debería reducirse», comenta Javier Barrio, director de ventas institucionales en España de BPI.

Sobre la renta variable hay más dudas. «La semana pasada el Ibex sumó el 8% se vino descontando en parte lo que ha sucedido», explica Luis Benguerel, responsable de renta variable y derivados de Interbrokers. Otros inversores internacionales parecían en cambio más críticos. Nicholas Spiro, director de Spiro Sovereign Strategy, explicó ayer a Bloomberg que «es poco probable que el mercado dé una respuesta favorable, dado que el rescate ejerce más presión sobre la solvencia de España y corre el riesgo de apremiar a Italia».

Morgan Stanley advierte que el préstamo concedido para sanear el sector financiero «difícilmente será el cortocircuito» que cambie la percepción negativa de los mercados sobre España y elevará la presión sobre otros países como Italia, según recoge Reuters. El banco estadounidense advierte además de que el Estado estará más endeudado.

Aunque la primera reacción de la Bolsa y la prima de riesgo al rescate sea positiva, estaría por ver si la mejora tendría continuidad en el tiempo. «No tengo muy clara cuál va a ser la respuesta de los propios bancos, ya que aún se desconoce el alcance que tendrá está medida en las propias entidades financieras y quiénes serán las que tengan que solicitar dinero. Creo que la banca mediana podría evolucionar peor», añade Barrio. Algunos analistas ya apuntaron hace días que en el supuesto de que los bancos españoles recibieran ayuda de Europa, lo que se ha confirmado este fin de semana, los dividendos caerían en peligro de extinción.

Guindos dijo en su intervención ante los medios de comunicación que tras el rescate a la banca «en los próximos días se verá una menor presión en la deuda española». Y el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, manifestó ayer que la ayuda europea que recibirá España «es una señal clara a los mercados y al público de que la zona del euro está decidida a emprender acciones decisivas para calmar las turbulencias del mercado y contener el contagio».

Paralelamente, persiste la preocupación por la propia economía. La concesión de Europa de un préstamo al sector financiero por hasta 100.000 millones a un tipo medio del 4% supondrá más deuda pública y mayor gasto en intereses. Y el compromiso del Gobierno es de reducción del déficit para este año del 8,5% al 5,3%. «Una cosa es la Bolsa y otra la economía, y sobre ésta prevalecen serias dudas. La supervisión de Europa el rescate implica que funcionarios de la Comisión, del FMI y del propio BCE examinen la continuidad de la consolidación fiscal, las reformas estructurales y el objetivo de déficit va a poner el punto de mira en cuestiones como el déficit de las autonomías y los recortes en ciertas áreas, como en educación», comenta Benguerel. A lo largo de las últimas semanas, las tres grandes agencias de calificación -Moody’s, Fitch y S&P- han advertido de que la solicitud de ayuda podría tener efectos negativos tanto en la calificación de la deuda soberana española como en la del conjunto de la zona del euro.

La diferencia entre la cuantía estimada por el Fondo Monetario Internacional como necesidad para recapitalizar los bancos españoles -40.000 millones de euros- y el máximo otorgado -100.000 millones- de momento parece no haber generado temor en el mercado en el sentido de que la situación de las entidades pudiera ser peor a la prevista inicialmente. «Lo que ha quedado en evidencia es que los test de estrés que se han venido haciendo al sector no han servido para nada. La parte positiva de todo esto es que España será la primera en cobrar…, el resto ya veremos, porque los bancos italianos tienen serios problemas y en Francia aún no ha estallado la burbuja inmobiliaria», añade Luis Benguerel.

Las cifras

489 puntos básicos es el nivel al que comenzará a cotizar hoy la prima de riesgo, muy cerca de la zona de máximos.

8% fue la subida que registró el Ibex la semana pasada por las expectativas de un anuncio de rescate. Se aceleró el cierre de cortos.

6,7% es la rentabilidad máxima que alcanzó el bono español a 10 años el pasado 30 de mayo.

Las claves del rescate europeo a la banca española

¿Por qué es necesario acudir a la Unión Europea para solicitar un rescate de la banca?

Las fuertes exigencias de saneamiento que el Gobierno ha impuesto a la banca en lo que va de año suponen un coste global de 54.000 millones de euros, por la subida de las provisiones ante el riesgo inmobiliario de febrero, más otros 28.000 millones por la penalización establecida en mayo para el crédito sano relacionado con el ladrillo. Si semejante montante ya supone un grave problema para parte de la banca, aún se espera una tercera factura: la que se derive de las carteras de préstamos a otros sectores no inmobiliarios. Se prevé, por tanto, que algunas entidades no sean capaces de asumir este sacrificio y terminen necesitando ayuda para cumplir con el conjunto de exigencias. Si la cuantía es excesivamente alta, España necesitaría fondos adicionales, que podrían salir de la Unión Europea.

¿Cómo funciona el mecanismo que permite inyectar ayudas comunitarias al sector financiero?

El pasado julio, la Unión Europea aprobó que los recursos disponibles en el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (el FEEF, en vigor hasta mediados de 2013) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (el MEDE, que comenzará a operar el 1 de julio) pudieran utilizarse para rescatar a entidades con problemas y no solo a países. Previa petición, los fondos se destinan al FROB, que a su vez recapitalizará los bancos que lo necesiten. El Estado español es, en todo caso, quien asume la deuda.

¿Estará España intervenida como Portugal o Irlanda?

No. Cuando se amplió la capacidad del EFSF para poder recapitalizar bancos, se estableció que se podría aplicar en países que no estén sujetos a un programa macroeconómico de ajuste, como es el caso de Irlanda, Grecia o Portugal.

¿Qué consecuencias tendrá para el sistema financiero español recibir fondos de la UE?

Un rescate europeo no está libre de condiciones. Al igual que cuando la Unión Europea ha intervenido algún Estado, la inyección de recursos al sistema financiero irá ligada a una serie de contrapartidas solo que, en este caso, la mayoría de las exigencias se centrarían en la propia banca. De hecho, el propio fondo explica que «un proceso de reestructuración/liquidación de las entidades es una condición sine qua non para que lleguen las ayudas».

El comunicado del Eurogrupo va más allá y habla directamente de «reformas estructurales en el conjunto del sector financiero doméstico», además de la reestructuración de las entidades debilitadas. El sector asume que las entidades que reciban ayuda tendrán que acometer un proceso de reestructuración que incluirá la reducción de su capacidad instalada -cierre de oficinas- y el despido de parte de su personal. «Sería parecido a las condiciones que se establecieron para las entidades que recibieron ayuda del FROB en su día, pero varios pasos más alla», ilustran desde el sector. El último ejemplo medianamente parecido se comprobó con Sabadell, al que Bruselas impuso el cierre de 450 sucursales y la salida de 2.200 empleados para compensar las ayudas recibidas por la adquisición de la CAM. Una inyección de fondos europeos, sin embargo, supondrá ajustes de mucho mayor calado para las entidades beneficiadas.

Tras la petición de ayuda, será la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), El FMI y la Autoridad Bancaria Europea (ABE) quienes establecerán las condiciones sobre el sector financiero a las que va ligada la ayuda. En teoría, éstas pueden afectar también a la potestad regulatoria y supervisora, comiendo terreno al papel tradicional del Banco de España, y la legislación bancaria estará también sujeta a modificaciones, si bien el comunicado no explicita nada al respecto.

¿Irá el rescate bancario acompañado de alguna exigencia para el conjunto del país?

Según el comunicado del Eurogrupo, no. Y según el Gobierno, tampoco. De hecho, según las normas del fondo de rescate, las condiciones exigidas en este tipo de ayudas son más suaves que en un programa de ajuste macroeconómico como el de Grecia, Irlanda o Portugal, «para acelerar la financiación así como para reflejar la naturaleza sectorial del crédito».

No obstante, el documento del Eurogrupo señala que se revisará estrechamente el cumplimiento de los objetivos de déficit y de las reformas estructurales en España, y que se revisarán en paralelo al desembolso de la ayuda financiera. El Estado español firmará un compromiso de entendimiento en el que asume estas condiciones.

Alfonso Mora, socio de Analistas Financieros Internacionales, cree que la ayuda europea derivará en una mayor presión por parte de los socios comunitarios para que España avance en sus planes de austeridad y reformas estructurales, como la subida del IVA o la aceleración del retraso de la edad de jubilación. Soledad Pellón, analista de IG Markets, apunta, sin embargo, que habrá «diferencia con un rescate país» pues aunque las presiones irán en la misma línea, España tendrá más margen para gestionar las reformas que si la troika (UE, BCE, FMI) entra en el país e impone el calendario.

¿A cuánto ascenderá la inyección que tendrá que llevar a cabo el fondo comunitario?

La petición de rescate deberá hacerse sobre una cifra concreta. Pero todavía no se sabe. El máximo serán 100.000 millones, si bien la cifra dependerá de las necesidades que se deriven del análisis de las dos consultoras Oliver Wyman y Ronald Berger, que se completará en junio. Además de las necesidades de capital directas, la ayuda incluirá un margen de seguridad. El FMI calcula que el sector necesita 40.000 millones de euros, aunque aconseja ampliar la ayuda.

Al tiempo habrá que precisar qué entidades necesitarán las ayudas. Todo apunta a que sean las nacionalizadas Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia las entidades beneficiadas. Fuentes del sector señalan que la prioridad será reducir la petición de ayuda al mínimo, para lo que el Gobierno aún cuenta con 5.300 millones disponibles en el FROB para inyectar capital y con la opción de emitir deuda en el mercado, si bien los actuales niveles de prima de riesgo dificultan el acceso a la financiación. Así, los 19.000 millones que necesita Bankia no tendrían por qué solicitarse en su totalidad a Bruselas. Según explicó el subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, Novagalicia y Catalunya Caixa necesitan en conjunto otros 9.000 millones de euros de capital.

¿Cuántos exámenes se están efectuando entonces sobre el sector financiero?

El afán por poner luces y taquígrafo en las entrañas del sector financiero español, con la esperanza de devolver la confianza de los mercados en las entidades, ha llevado al Gobierno -presionado por sus socios europeos- a someter a la banca a un maratón de exámenes y pruebas. La primera es la que ha llevado a cabo el FMI, detallada en el punto anterior.

La segunda es la que han puesto en marcha las valoradoras independientes Oliver Wyman y Roland Berger, que tensionarán a las entidades para conocer su reacción ante un empeoramiento de la situación económica actual. Finalmente, las cuatro grandes auditoras que operan en España llevarán a cabo el examen más detallado de todos, turnándose para que ninguna valore una firma a la que haya auditado en los últimos dos ejercicios. Su labor conllevará la revisión de toda la cartera de créditos y activos, entidad por entidad, para establecer si las cuentas presentadas y las provisiones realizadas se corresponden con la situación real de sus balances.

¿Qué ocurre con el informe realizado por el Fondo Monetario Internacional?

La evaluación del FMI, cuya publicación se ha adelantado dos días respecto a la fecha prevista, cifra las necesidades del sector financiero «en alrededor de 40.000 millones de euros». Asimismo, explica que «el núcleo del sector financiero español está bien gestionado y resistiría nuevos choques, pero existen aún importantes vulnerabilidades en el sistema».

¿Quién pone el dinero?

El EFSF emite deuda con el aval de los países miembros de la zona euro, con la excepción de los países ya rescatados, Irlanda, Grecia y Portugal. Estos países han puesto garantías por 780.000 millones de euros. Alemania es el mayor contribuidor al fondo, con el 29% del total (garantías por 211.000 millones), Francia el segundo, con el 21,83%, Italia el tercero, con el 19,18% y España el cuarto con el 12,75%.

¿Qué opinan en el sector financiero de la petición de un rescate?

La banca española asume desde hace días la proximidad de un rescate para la banca, una fórmula que serviría para eliminar la incertidumbre que pesa sobre el conjunto del sector.

¿Qué margen ofrecían los mercados para actuar en otro sentido?

Las últimas cinco sesiones pueden ofrecer una falsa sensación de optimismo, pues el Ibex ha ganado un 8%, recuperando la marca de los 6.500 puntos, y la prima de riesgo ha caído con fuerza a 488 puntos. Lo cierto es, sin embargo, que en las últimas semanas la banca española -gran motor del parqué madrileño- ha sido objeto de importantes ataques que han hecho desplomarse la Bolsa a niveles de 2003 y han lanzado el nivel de riesgo país a los 538 puntos básicos, un récord absoluto de la era euro y una temperatura a la que la soberanía de Grecia, Irlanda y Portugal ya estaba cerca de quedar tutelada por la Unión Europea, el BCE y el FMI.

¿Podría el fondo de rescate poner dinero para financiar a España, y no a los bancos?

Teóricamente, sí, pero este extremo no parece haberse abordado. El EFSF puede abrir líneas de crédito temporales para prevenir crisis en países que no están sujetos a programas como Grecia, Irlanda o Portugal, en el caso de que tengan dificultades en los mercados de capitales. Estas líneas de crédito tendrán una cuantía máxima del 10% del PIB. El fondo también puede, sobre el papel, comprar deuda española en el mercado secundario, sin que esté sujeto a la intervención.

El FMI adelanta el informe sobre la banca española y precipita el rescate

El organismo adelanta dos días su informe financiero y añade presión al Gobierno para que tome una decisión sobre un eventual rescate. El informe podría llegar tan pronto como hoysegún fuentes comunitarias. El Gobierno español quiere escuchar al Eurogrupo, que se reúne hoy y emitirá un comunicado a las seis, antes de actuar. Según Reuters, algunos líderes europeos esperan que Rajoy pida el rescate ahora.

Las malas noticias llegaron a las 2 de la madrugada. A esa hora el FMI decidió cambiar el calendario previsto y publicar el informe sobre el Programa de Evaluación del Sector Financiero (PESF), que no se esperaba hasta el lunes y que servirá como base al Ejecutivo para tomar una decisión sobre un eventual rescate.

A la espera de esos acontecimientos, ya se puede avanzar que las noticias no son positivas: “Si bien el núcleo del sistema parece ser sólido, persisten vulnerabilidades en algunos segmentos”, advierte el texto. “En el escenario desfavorable, los bancos más grandes estarían suficientemente capitalizados como para resistir nuevos deterioros, en tanto que varios bancos necesitarían incrementar las reservas de capital entre 40.000 y 60.000 millones de euros en términos agregados”, como se había especulado. Sería lo necesario “para cumplir con el calendario de transición de Basilea III”, es decir, para alcanzar un capital básico de nivel 1 de 7%.

El presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, ha convocado a los ministros de Finanzas de la eurozona a las 16:00 y ha reclamado hoy una solución rápida y urgente para la crisis de la banca en España. Fuentes del Eurogrupo dijeron a Expansión.com que no ha sido España quien ha solicitado que se celebre la teleconferencia, aunque el posible rescate de nuestro país será su tema principal. Fuentes del ejecutivo insistieron a Efe que el Gobierno español quiere conocer el análisis del Eurogrupo antes de actuar.

«La solución debe producirse rápidamente», exigió Juncker en declaraciones a la emisora pública alemana Deutschlandradio Kultur, en las que subrayó que el problema español es puramente bancario, mientras que el de Grecia es mucho más amplio.

Por su parte, el titular alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha insistido en que España decide de manera autónoma si el país debe protegerse bajo el paraguas de los fondos de rescate europeos para resolver su crisis bancaria y ha recordado que «en España el déficit estatal es menor que en Alemania».

En declaraciones hoy al rotativo «Ruhr Nachrichten», Schäuble comenta que las necesidades de capital para la banca española por la burbuja inmobiliaria se deben a que «España ha endurecido las reglas sobre el capital propio de los bancos para afrontar mejor la crisis».

Pero las exigencias de capital no son lo peor. El problema se agravaría porque las necesidades de capital de los bancos más débiles “superarían esta cifra” debido a “los costos de reestructuración y la reclasificación de préstamos que puedan identificarse en los exámenes de las valoradoras independientes”, esto es, de Roland Berger y Oliver Wyman. Y es así porque el grado de deterioro económico puede implicar “nuevas pérdidas para la banca”.

De ahí que la institución alerte de que a partir de ahora será “será crítico comunicar con claridad la estrategia para crear un mecanismo de apoyo creíble para las deficiencias de capital, que es mejor sobreestimar que subestimar”, precisó Ceyla Pazarbasioglu, subdirectora del Departamento de Mercados Monetarios y de Capitales del FMI. En caso de haberlo subestimado, el organismo quizá habría hecho hincapié en otra cifra, en los 25.000 millones en que computa las necesidades del sector en un escenario macroeconómico exento de sobresaltos. Aún rondaba ayer otra cantidad más: 29.000 millones, correspondientes a un escenario intermedio.

Estos acontecimientos y han coincidido con la publicación de una entrevista con el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, donde aconsejaba al Gobierno español que solicite las ayudas del paraguas de rescate europeo de la banca española en caso de necesidad y que no retrase esta medida por miedo a las condiciones para recibirlas y la esperanza de una intervención del Banco Central Europeo.

Críticas al Banco de España
Pazarbasioglu es también la jefa del equipo que trabajó en el PESP, que visitó España en febrero y abril. Pero no es la máxima dirigente del departamento de Mercados Monetarios. Ese puesto corresponde a José Viñals, también ex subgobernador del Banco de España, entidad que recibe un golpe en el documento.

“Aunque los supervisores cuentan con personal sumamente experimentado y respetado por sus buenos sistemas de información, en los últimos años el enfoque gradual aplicado a la adopción de medidas correctivas permitió a los bancos débiles continuar operando en detrimento de la estabilidad financiera”, dice. Por eso reclama “mejorar los procesos y el marco de rendición de cuentas para garantizar un cumplimiento eficaz y el ejercicio de las facultades de resolución de bancos”.

¿Está abocada España al rescate?
Poco más se puede concluir del documento, elaborado a partir de test de estrés con datos confidenciales. Y menos todavía se puede saber sobre si el FMI cree que el texto aboca a España a un rescate. “No hemos tratado eso, tan sólo las necesidades financieras, cuya magnitud debe valorar cada uno”, aseguraban fuentes del organismo. “Sólo decimos que es lo que se requiere para que el sistema sea creíble”.

El FMI estima que la banca española necesita 40.000 millones de capital

El Fondo Monetario Internacional estima que la banca española necesita 40.000 millones de euros de capital. En una jornada marcada por las especulaciones y baile de cifras, que han llegado a situar la horquilla de necesidades hasta en 80.000 millones, el organismo internacional reduce esa cifra a la mitad.

El informe del Fondo Monetario Internacional, que según diversas fuentes incluiría el segundo Real Decreto de aumento de provisiones aprobado por el Gobierno en mayo, determinará que las necesidades totales del sistema bancario rondarán los 90.000 millones de euros, de los que 50.000 podrían ser perfectamente cubiertos por los recursos de las entidades.

«El déficit de capital final de la banca española se situaría en torno a los 40.000 millones de euros después de contar con la capacidad que tienen algunas entidades para afrontar las pérdidas esperadas con sus recursos propios», explicó una de las fuentes.

Las cifras del FMI se conocen en una jornada marcada por el baile de cifras. A primera hora, el diario Financial Times apuntaba que la Unión Europea estimaba que el importe de las ayudas sería de al menos 80.000 millones de euros.

Poco después, el secretario general del Partido Popular Europeo (PPE), Antonio López-Istúriz, cifró en una entrevista entre 80.000 y 100.000 millones de euros la cantidad que necesitaría la banca españoladel fondo de rescate europeo para recapitalizarse, si bien poco después matizaba sus palabras.

En este contexto, el portavoz de Asuntos Económicos de la CE, Amadeu Altafaj, salía al paso y calificaba de «disparatadas» todas esas especulaciones: «Las necesidades pudieran situarse entre, por ejemplo, como he leído hoy, 40.000, 80.000 millones de euros, me parece irresponsable, me parece disparatado», señalaba Altafaj.

Al informe del FMI, que ya dijo en sus conclusiones preliminares que el 70% de la banca española gozaba de buena salud, se sumará en las próximas semanas las conclusiones de la auditoría independiente que están llevando a cabo Oliver Wyman y Roland Berger.

Con la dificultad de financiar bajo su escudo el déficit bancario con el diferencial en torno a 500 puntos básicos, España negocia a marchas forzadas con sus socios europeos un mecanismo de ayuda para financiar a los bancos en dificultades para lo que la auditoría es un requisito indispensable y, previsiblemente, quitará protagonismo a las estimaciones del FMI.