La obsolescencia programada es la programación adrede del fin de la vida útil de un producto, de modo que el fabricante, programa el móvil de tal forma que deja de utilizar correctamente pasado un tiempo determinado.
Las empresas hacen esto, con el fin de que el cliente compre constantemente el producto nuevo para generar más beneficios. Hecho que perjudica claramente al cliente ya que tiene que gastar mucho dinero para poder renovar su dispositivo.
La obsolescencia programada afecta al entorno económico, en base que grandes multinacionales generan muchísimos más beneficios si utilizan esta técnica. Los cuales luego invierten en otras cosas. Y por otra parte, también afecta económicamente al bolsillo del cliente. Ya que si quiere que su dispositivo este en perfecto rendimiento constantemente tendrá que adquirir el producto más nuevo del mercado.
Actualmente, la UE está trabando para implantar nuevas leyes las cuales quieren terminar con la obsolescencia programada, para garantizar la sostenibilidad de los productos electrónicos.
2021, esta es la fecha que se ha propuesto la Unión Europea para acabar con la temida y archiconocida obsolescencia programada. La nueva normativa comunitaria llega para garantizar la «sostenibilidad» de los electrodomésticos y aparatos electrónicos.
Así las leyes comunitarias recogerán por primera vez el derecho a reparar. Un ‘lobby’ que busca obligar a los fabricantes a ofrecer unas alternativas más económicas para los usuarios. «Por primera vez, las medidas incluyen requisitos de reparabilidad y reciclabilidad, contribuyendo a los objetivos de economía circular mediante la mejora de la vida útil, el mantenimiento, la reutilización, la actualización, la reciclabilidad y la gestión de residuos de los aparatos», explica la Comisión Europea.
Dentro de la Unión Europea, la creación de teléfonos móviles supone una emisión de 14,12 Mt de CO2, según el European Environmental Bureau (EBB). Su informe revela que la fabricación de smartphones «es lo que causa un mayor impacto medioambiental en Europa, con respecto a otros productos eléctricos como las lavadoras, las aspiradoras».
Apuntan que la vida útil debería ser de mínimo 25 años para compensar el impacto medioambiental. «Si se extendiera la vida útil de cada uno de estos cuatro productos electrónicos solo un año, se reduciría lo equivalente a la retirada de 2 millones de coches de las carreteras durante un año».
En la Unión Europa hay más 632 millones de unidades en stock y se producen unas ventas anuales de más de 210 millones de smartphones. Su fabricación, transporte y fases del final de su vida también consumen energía y otros recursos, que contribuyen al calentamiento global.
Artículo hecho por: JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ
https://www.elcorreo.com/tecnologia/guerra-obsolescencia-programada-20191004223645-ntrc.html
Mi conclusión es que los fabricantes de dispositivos digitales deberían dejar de utilizar la técnica de obsolescencia programada ya que no favorecen para nada al cliente, y al fin y al cabo, el producto que fabrican es para satisfacer las necesidades del consumidor.
Desde el punto de vista de la empresa, lo veo como una técnica rentable la cual ofrece mucho beneficio, pero una cosa es hacerlo para generar algo más de beneficio en vez de lucrarse vendiendo dispositivos los cuales duran menos de dos años en perfecto rendimiento.
Jordi Gascon Armengol