El suplemento «Dinero» de La Vanguardia trata hoy como tema principal una cuestión de la que se lleva hablando hace ya algún tiempo, la «nacionalización» de la banca.
A pesar de las multimillonarias ayudas de los principales gobiernos mundiales a la banca privada para inyectar liquidez dentro del sistema financiero, parece que algunas entidades estan literalmente heridas de muerte debido a los enormes problemas de impagos que tienen y sobretodo a las bajadas en bolsa por la falta de confianza de los inversores. Citigroup y Bank of America perdieron más del 60% de su valor en una semana en Wall Street, y Barclays se desplomó un 70% en sólo cinco días.
¿Y que pasa si la solución de inyectar dinero no funciona para salvar a los bancos? ¿que nos queda?
Algunos bancos y entidades financieras han intentado comprar a los que estaban en peor situación, como es el caso de la compra de Merrill Lynch por el Bank of America, tratando de aprovechar las ayudas del gobierno estadounidense. Ahora es el propio Bank of America el que está hundido y Wall Street se tambalea y espera a ver qué pasará finalmente con estos casos y qué medidas tomará el nuevo Presidente Obama ante la situación.
Parece que una de las posibles medidas que puede tomar Obama sea nacionalizar los bancos con mayores necesidades. En Wall Street se habla ya del término N para referirse a esa nacionalización que tanto asusta a los inversores del sector bancario, como si se tratase de una palabra prohibida.
Han aparecido tanto personas a favor como detractores de la nacionalización de la banca americana. Las preguntas que ellos se hacen , y que seguramente nosotros nos deberíamos hacer, son: ¿es esa la solución para el sistema financiero? ¿No sería mejor que el Estado interviniera mediante participaciones para recapitalizar la banca? ¿Cómo se fija un precio para esos activos tóxicos de los actuales bancos?
Sea cual sea la solución que se adopte, lo que parece claro es que a partir de ahora el Gobierno tendría que tomar medidas de control más estrictas y no permitir la cantidad de actividades riesgosas, especulativas y decontroladas que se han dado hasta ahora. Quizá sí que sería buena idea la del señor Sarkozy cuando hablaba hace poco de una refundación del capitalismo.
Debe estar conectado para enviar un comentario.