Las cien grandes fortunas españolas crecieron un 9,2 % el año pasado, hasta acumular más de 164.424 millones de euro, lo que equivale al 15,6 % del PIB. Mientras, en el mismo país, trece millones de personas vivían en 2014 por debajo del umbral de la pobreza, con unos ingresos de apenas 8.000 euros al anules, que repartidos a lo largo del año supondrían menos de 700 euros al mes. El patrimonio de los primeros no para de crecer, sin ir más lejos, hace pocos días supimos que Amancio Ortega, el hombre más rico de España y Europa, era también el tercero en el ranking mundial. Al mismo tiempo, tampoco cesa el aumento del número de personas que forma el segundo grupo. Pero, ¿cómo se explica que en España los ricos cada vez sean más ricos y los pobres más pobres?
“Se dice que hemos salido de la crisis y que la economía crece, y es cierto. Pero también lo es que a la vez que crece la economía, crecen las desigualdades”, señala Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la UPF y presidente de Economistas Contables y ACCID. El profesor del Máster en Dirección Financiera y Contable en la UPF Barcelona School of Management desgrana cuatro causas principales del auge de las desigualdades en España:
Fiscalidad poco progresiva. “La progresividad de los impuestos tienen un efecto en la redistribución de la riqueza”, apunta Amat, que considera que la fiscalidad vigente en España provoca desigualdad, sobre todo por los tipos de gravámenes directos como el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o el impuesto sobre el patrimonio.
Brecha salarial. “La transformación tecnológica global hace que haya un grupo de gente muy preparada que va muy buscada y que recibe grandes retribuciones, mientras que el grueso de la población, con poca preparación, quedan relegados a puestos con sueldos muy bajos”, detalla Amat. Asimismo, destaca que la alta densidad de competencia entre los que optan a puestos que exigen baja preparación hace que las empresas ofrezcan salarios aún más míseros, ya que si uno no lo coge vendrá otro para hacerlo.
Recuperación de los mercados financieros. Un trabajador de clase media, difícilmente tendrá grandes inversiones en bolsa. Quien sí las tienen son los grandes patrimonios, que se han visto beneficiados por la recuperación de los mercados bursátiles. “Las familias que viven de un sueldo difícilmente tendrán ahorros en la bolsa”, recalca Amat.
Recortes en servicios básicos. “Los recortes del gasto en sanidad y educación provocan aún más desigualdades”, señala Amat, que sostiene que las personas adineradas pueden compensarlos con la contratación de servicios privados.
¿Cómo se ataca la desigualdad? “Invertir en educación es la mejor arma”, asevera el catedrático. “Hay que aumentar el gasto en la enseñanza obligatoria y la universitaria, reforzando el sistema de becas para que quien quiera estudiar pueda hacerlo aunque no tenga recursos”, continua Amat, que destaca el control del fraude fiscal como otro factor que contribuiría una mejor redistribución de la riqueza.
Fuente: La Vanguardia
Comentario: Creo que se tendrían que realizar cambios en el país para que las desigualdades económicas de su población no fueran tan excesivas, y se igualara el nivel de vida de los ciudadanos. Ya que esto último, es realmente muy difícil de conseguir, sí que sería bueno reducir el número de personas que viven en índices de pobreza y fomentar el incremento de las rentas más bajas.
En cuanto a las citas del catedrático Oriol Amat, estoy de acuerdo con él en que los impuestos afectan más a las rentas más bajas de la población y creo que el gobierno tendría que aplicar políticas económicas que regulasen esta situación.
Es verdad que actualmente hay una población poco preparada que opta a puestos laborales similares, y hace que las empresas se aprovechen de esta situación y los sueldos sean mínimos, la cual cosa se tendría que regularizar.
Las medidas de recortes promovidas por el gobierno en sanidad y educación han provocado más desigualdades entre la población, ya que personalmente creo que se ha fomentado que las familias con rentas más bajas actualmente tienen graves dificultades para poder acceder a la educación superior.
Si se fomenta que el una parte de la población, la más adinerada y que puede acceder a los precios de la educación pública o directamente optar por la educación privada, crearemos aún más desigualdades y llegará un momento en que se verá muy reducido el número de familias que pueden optar a estos servicios. Por esta causa creo que principalmente habría que fomentar las ayudas y becas en educación para que este servicio llegue a todo el mundo, poder optar a puestos laborales mejores y contribuir a una mayor igualdad entre la población.
Soraya Torre
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