El exvicepresidente del Gobierno con Zapatero afirma que «no se produjo un comportamiento racional de empresarios y banqueros en su endeudamiento»
La autocrítica ha sido una actitud casi desconocida en la Comisión de investigación de la crisis financieraque se desarrolla en el Congreso. Este miércoles por la mañana Pedro Solber, exvicepresidente del Gobierno con José Luis Rodríguez Zapatero, entre abril de 2004 y abril de 2009, admitió al menos seis errores en su gestión. En algunos casos, matizó que aunque se hubiera actuado de otro modo tampoco hubiera evitado la crisis. Al dejar el cargo en 2009, Solbes fue criticado por marcharse en plena crisis para ocupar puestos en los consejos de la italiana Enel y el banco británico Barclays. Ya no ocupa ningún consejo.
«Nos equivocamos totalmente en las previsiones macroeconómicas. No fuimos capaces de detectar la fuerte recesión española en 2009 y se pensaba volver a una situación de crecimiento en 2010. Esperábamos un aterrizaje suave de la burbuja, pero no fue así». En su opinión, nunca creyeron en una doble recesión económica y eso agudizó la crisis porque limitó la capacidad del Gobierno para actuar, se justificó. «Creo que debimos ser más valientes para elevar el superávit y en entrar en la reforma de la gobernanza de las cajas», confesó.
El responsable económico de España en el arranque de la crisis también admitió que «hubiera sido deseable una política fiscal más restrictiva», pero no se hizo por creer que no había riesgos graves al estar bajo el paraguas de la Unión Monetaria. «Las finanzas públicas hubieran podido estar aún más saneadas; hubiera mejorado nuestros márgenes para actuar en la crisis, aunque no la hubiera evitado», añadió, al tiempo que apuntó que «se minusvaloró el riesgo de déficit por cuenta corriente por la existencia de un mercado único para el euro. Nuestra contribución fue no echar más leña al fuego con una política fiscal enfocada a los superávits».
La idea que más repitió Solbes en sus cuatro horas de comparecencia fue que no se debía haber gastado tanto. «Era una época de abundancia y se gastó en AVE, puertos, aeropuertos… no sé si fue la forma más eficiente de emplear el gasto público. Por definición, no se puede tener un AVE en la puerta de cada persona».
Elaboración propia, fuente extraída de el pais
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