Las 3 C’s del 2009: Caja, Clientes y Costes.

(Artículo extraido del diario «Las provincias» 16/03/2009)

No queda duda ya de que el mundo ha cambiado. Y en el ámbito empresarial y económico, es quizás donde más se está notando. En el año 2009 las prioridades en la gestión están cambiando y aunque mantenemos algunas, las prioridades de gestión de este año empiezan por C… las nuevas 3Cs son las que van a marcar el ejercicio: Caja, Costes y Clientes.

La Caja o tesorería, es decir el flujo real de efectivo, es el gran olvidado de la gestión de los últimos años y ahora ha vuelto con fuerza a primera plana. Vamos a tener que acostumbrarnos a un modelo de gestión distinto al de los últimos años obsesionados por gestionar cada euro que entra y sale de nuestra empresa y con balances mucho más ligeros porque nuestros pasivos no van a volver a ser lo que eran.

En este sentido, siendo muy básico, en uno de nuestros estudios obtuvimos un dato cuanto menos preocupante y es que el 77% de las empresas estudiadas no tenían un buen presupuesto de tesorería. Y en parte era lógico, pues en los últimos años no hacía falta ya que las entidades financieras nos daban toda la liquidez que necesitábamos. ¿Para qué planificarla y controlarla? Por definición, se gestionan los recursos escasos y la caja los últimos años ha sido un recurso bastante abundante.

Pero además de tener un plan de tesorería que nos permita conocer y planificar, nos hacen falta las palancas para actuar sobre él. Las grandes soluciones a corto plazo de la gestión de tesorería son cobros, pagos y existencias. El lector pensará que no estamos dando ninguna gran idea pero la realidad práctica es que siempre hay muchas oportunidades de mejora en esas áreas.

Y aunque estas palancas son las más fáciles de accionar, hay otras dos igualmente importantes y quizás no tan sencillas: la rentabilidad y la desinversión de activos. Con la obsesión que debemos tener ahora con la tesorería, muchas veces olvidamos la rentabilidad y no debemos olvidar nunca que a medio plazo, no podemos tener tesorería si no tenemos rentabilidad.

También hemos de tener en cuenta que la desinversión de activos inmobiliarios o de líneas de negocio es una importante entrada de caja. Ahora mismo trabajamos con alguna empresa en los que la venta de una unidad de negocio va a servirnos para tener la caja suficiente para ser viables en el resto de unidades. Sin embargo, la realidad es que ahora vender activos inmobiliarios es una misión casi imposible y ya he visto demasiados casos con el agua al cuello por culpa de esperar la venta del activo inmobiliario que nunca llegó.

Volviendo a la segunda C, los Costes, tenemos que revisar nuestros sistemas de costes y analizar bien las rentabilidades por clientes, por productos y por unidades de negocio. ¡Aquí puede estar la mitad del secreto para salir de la crisis con éxito!

Tal y como señalaba nuestro estudio sobre Gestión de Crisis, las mejores prácticas pasan entre otras por la eliminación de clientes, productos y unidades de negocio no rentables. El problema práctico que nos encontramos en las empresas es que pocas tienen unos sistemas de costes que funcionan con exactitud.

En este sentido, la recomendación práctica es: Recalculemos los costes, hagamos bien todas las imputaciones y eliminemos todas las actividades, clientes o productos no rentables tanto desde el punto de vista de rentabilidad como de flujo de caja.

Para ello, en la mayoría de los casos hay que definir escenarios ligados a los presupuestos y tomar las decisiones teniendo en cuenta las más que previsibles caídas de ventas del 2009 así como las potenciales reestructuraciones operativas que podamos hacer.

Volviendo a la última C, los Clientes siempre es un gran olvidado. En crisis muchas veces la obsesión por la caja y los costes nos hace olvidarnos que la cuenta de resultados (y los planes de tesorería) empiezan por la línea de ventas por lo que sigue siendo igual o más importante que nunca la satisfacción de los clientes y que consigamos ingresos recurrentes de ellos.

El cliente sigue siendo el rey, en el 2007, en el 2009 ¡y en el 2085!. Y para conseguir ingresos recurrentes necesitamos clientes satisfechos a los que les propongamos algo interesante por lo que estén dispuestos a pagar bastante más del coste total que tiene ese producto/servicio. Estamos en tiempos de reflexionar sobre si el mercado está dispuesto a pagar por nuestro producto/servicio ya que hay casos en los que directamente el negocio -la propuesta de valor- se ha acabado.

En este sentido, el mejor ejemplo se ha dado en el sector inmobiliario en los últimos años. Muchas empresas del sector habían desafiado todas las leyes del marketing y las ventas. Para ellos no existían las estrategias de fidelización, la propuesta de valor, el desarrollo de producto, el posicionamiento de marca, la atención al cliente, el posicionamiento estratégico… ¡todo eso eran tonterías!.

Por ejemplo, una inmobiliaria de Madrid que había hecho siempre primera residencia, y de repente hacía una promoción en la Costa del Sol donde no les conocía nadie y con un equipo comercial poco preparado, resultaba que vendían bien y caro y ganaban mucho dinero. ¡El marketing había muerto! Ahora unos meses más tarde, nos damos cuenta que el cliente sigue siendo el rey en el sector inmobiliario y que aún se siguen comprando productos con sentido enfocados a segmentos y con precios lógicos.

Es cada vez más evidente que el low cost se va a imponer en los próximos años en España. Debido al cambio social que se va a producir vamos a tener muchísimas más clientes en la parte baja de la pirámide y la parte alta se va a quedar bastante menos poblada que hasta ahora. De hecho, una de las primeras lecciones que nos ha dado la crisis estos últimos meses es que los segmentos Premium están cayendo fuerte y sin embargo, el low cost crece con fuerza.

Como conclusión, las 3Cs del 2009 es una manera muy práctica y directa de cómo con pocos elementos asegurarnos una parte importante de cómo ser exitoso en tiempos de crisis.

China e India: Los colosos de la población mundial

Entre ambos países representan casi el 40 de la población mundial. China lleva la delantera con 1330 millones de habitantes e India le sigue justo atrás con 1147 millones. Sin embargo, estas cifras podrían cambiar pues, según la «oficina del censo» del país del Taj Mahal, en menos de dos décadas los indios superarán a sus vecinos. Hablar de India y de China juntos, significa exactamente 154 veces la población de Chile, sin ir más lejos, sólo la ciudad india de Bombay tiene casi la misma población que todo nuestro país. Sin embargo, ninguno de las dos naciones es campeona en la natalidad (en India es de 1.5% y en China es de 0,6 ambos según estimaciones de este año. Chile está en mitad del camino con un proporción de 0,9 según el INE), lo que hoy está haciendo la diferencia es que China tiene una muy efectiva política conocida mundialmente como “hijo único” e India no. China: Número 1 Todavía El mayor consumidor de cobre del mundo y al mismo tiempo nuestro principal socio comercial, hoy enfrenta poblacionalmente ingentes presiones demográficas debido al cada más grande volumen de su población. China tenía al mes de julio del presente año, dentro de sus fronteras, la no despreciable de suma de 1330 millones de habitantes, según el CIA World Fact Book. Es por ello, que los chinos decidieron tomar cartas en el asunto y desde 1979 el gobierno decidió implantar la política del hijo único. El motivo fue que el Partido Comunista chino quería impulsar el desarrollo económico, optimizar los recursos y elevar el bienestar de la población. Así comenzó la campaña bajo el eslogan “una pareja, un hijo”, para esa fecha las parejas tenían, en promedio, 2,75 hijos. El 2006 habían bajado a 1,72. Las consecuencias de la estrategia, según el propio Ministerio del Interior chino, es que se ha evitado el nacimiento de 400 millones de personas. Sin embargo, las pregunta que surgen es ¿qué ha pasado con la estructura demográfica?, una respuesta es que están naciendo cada vez más hombres que mujeres, ya que abundan los abortos selectivos donde las niñas son las principales víctimas. El motivo de lo anterior es que culturalmente en el campo se asocia el nacimiento de varones con mejores expectativas de vida para la familia, pues éste queda en la casa y ayuda más en las faenas agrícolas. Lo anterior ha decantado en que en regiones como la provincia de Lianyugang existan proporcionas extremas a nivel de género llegando 164 niños por cada 100 niñas, (en la población menor a cuatro años). Finalmente, el número de ancianos es cada vez mayor y se espera que en las próximas décadas el envejecimiento demográfico se haga sentir fuerte, pareciéndose a lo que hoy está pasando con Japón en que al año 2007 se registraba, según cifras de su gobierno, un 10% del total de los habitantes con edades superiores a los 75 años. India: La nación con más jóvenes en el mundo “Hay una diferencia obvia entre la India y China, y es que este último país tiene una política restrictiva con respecto al nacimiento de hijos. En cambio la India, no posee ninguna política del crecimiento poblacional, pese a que la cantidad de habitantes ha aumentando considerablemente los últimos años”, así lo explica Martín Pérez Le-Fort, D director del Centro Asia Pacífico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. Con sus 1147 millones de habitantes (estimados a septiembre de 2008 por el World CIA Fact Book) India se erige como la segunda nación más poblada del planeta, pero con una gran diferencia con su vecina China, el número de jóvenes es el más alto en el mundo (entre 0 y 14 años de edad) representando el 31,5% de la población total, es decir, 361 millones, algo así como la suma de los habitantes de Estados Unidos e Inglaterra. Para Sergio Carrasco, columnista del Portal Chile Asia Pacífico y experto en India, uno de los motivos de la alta cantidad de jóvenes proviene de los musulmanes que viven en India, quienes no aceptan ningún tipo de control de natalidad. “Los musulmanes representan lo que denominaríamos en Chile el sector pobre de la sociedad y son muy apegados a sus costumbres. Una de ella es tener todos los hijos que ‘Dios les da’”, explica. Carrasco profundiza el tema y explica que a diferencia de China, que es una dictadura, India es una democracia que no busca controlar el comportamiento de sus individuos. “Son una país tolerante y multiétnico, sin embargo aunque quisieran controlar la natalidad de los musulmanes no podrían porque son un mayoría muy importante y con representación en el parlamento, ellos jamás permitirían que una medida que restringiera la natalidad prosperase”, sentencia. Una de los factores más interesantes de la India es que según señala la Oficina del Censo en Nueva Delhi el país para el año 2035 se convertiría en la nación más populosa del mundo alcanzando la desorbitante cifra de 1.460 millones de habitantes. India contaba con 1.029 millones de habitantes en 2001 y se prevé que la población del país supere a la de China en 2035. Adicionalmente, al igual que en China, muchas familias prefieren tener varones, puesto que pueden contribuir económicamente al mantenimiento del hogar, mientras que las mujeres han de pagar dote para casarse y, por tanto, resultan una carga económica para la familia. Lo anterior repercute en que el censo del año 2001 muestra una disminución importante en el porcentaje de la población femenina, que era de 945 por cada 1.000 hombres en 1991 y ha pasado a ser de 927 mujeres cada 1.000 hombres en el mismo año.

Articulo publicado en la Biblioteca Nacional de Chile.

Wen Jiabao asegura que China crecerá un 8% pese a la crisis económica

El primer ministro chino, Wen Jiabao, aseguró este jueves que la crisis económica mundial plantea a China “desafíos sin precedentes”, pero confía en que el país crezca de todos modos un 8% este año, informó un cable de la Agence France Presse (AFP).
En su discurso anual a la nación, pronunciado en el Parlamento, Wen ofreció nuevos detalles sobre el gigantesco plan de reactivación económica de cuatro billones de yuanes (465.000 millones de euros) para ayudar a China a sortear la crisis.
Wen reconoció que la tercera economía mundial se ha visto golpeada de lleno por la crisis y que los indicadores no predicen una pronta recuperación. “Nos enfrentamos a dificultades y desafíos sin precedentes. La crisis financiera global continúa expandiéndose y empeorando”, dijo Wen a los 3.000 delegados reunidos para el mayor evento político anual del Partido Comunista, que se extenderá durante nueve días.
“La demanda continúa cayendo en los mercados internacionales. La tendencia a una deflación global es obvia, y resurge el proteccionismo comercial”, continuó.
A pesar de todo, Wen aseguró que la economía del país será capaz de crecer un 8% en 2009.
“Mientras adoptemos y apliquemos las buenas políticas y las medidas apropiadas, seremos capaces de alcanzar este objetivo” del 8% de crecimiento, sostuvo.
Para algunos economistas, este es el umbral que permitiría a China mantener un nivel suficiente de creación de empleo y evitar disturbios sociales.
El crecimiento económico de China se contrajo fuertemente el pasado año por culpa de la crisis económica y financiera internacional, al 6,8% en el último trimestre de 2008 (un 9% en todo el año), una cifra preocupante para un gobierno acostumbrado a expansiones de dos dígitos y que marca un severo retroceso en comparación al crecimiento de 13% registrado en 2007.
La desaceleración de la economía china, que depende de las exportaciones a las economías desarrolladas que ahora están en recesión, ha dejado sin empleo a 20 millones de trabajadores emigrantes del campo a las ciudades por el cierre de innumerables fábricas.
Tradicionalmente decenas de miles de protestas tienen lugar cada año en China, incluso en tiempos de bonanza económica, pero el creciente desempleo hace temer a los dirigentes comunistas que se produzcan disturbios sociales de mayor alcance.
Wen admitió la existencia de problemas que pueden aumentar las tensiones y que han sido exacerbados por la crisis, como una red de seguridad social y un sistema de salud pública inadecuados, así como la brecha entre ricos y pobres. Pero aseguró que la meta de crecimiento de 8% es realista y puede suministrar una plataforma sólida para crear millones de empleos y apaciguar las tensiones sociales. Mantener una cierta tasa de crecimiento de la economía es esencial para expandir el empleo para los residentes tanto urbanos como rurales, aumentar el ingreso de la gente y asegurar la estabilidad social”, afirmó. El pronóstico de Wen es más optimista que el del Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé un crecimiento de 6,7% para China este año. Wen anunció asimismo un déficit presupuestario récord de 950.000 millones de yuanes (140.000 millones de dólares) en 2009, es decir, nueve veces más que el de 2008. Este déficit se debe al plan de ayuda de cuatro billones de yuanes, una parte del cual se destinará a aumentar el gasto, mejorar la seguridad social, incrementar las ayudas a los 800 millones de pobres que viven en el campo y a ayudar a las industrias claves, como la siderúrgica y la automovilística. Los planes tuvieron un impacto en general positivo en las Bolsas regionales. Los mercados financieros de China, Australia y Japón subieron el jueves, pero Hong Kong cayó. Las Bolsas europeas retrocedían en la apertura, informó AFP.

Publicado el ( Viernes, 06 de Marzo de 2009 )

Falacias – Si todos los chinos saltan a la vez cambia la órbita de la Tierra

Articulo publicado en la página Web eltamiz.com

Como siempre que investigo una posible Falacia para ver cómo de extendida está, me quedo sorprendido. La de hoy sigue viva y activa en la red y fuera de ella (aún me siguen preguntando sobre esto alumnos año tras año): Si todos los chinos saltaran a la vez, podrían cambiar la órbita de la Tierra.

El argumento (falaz, o no estaríamos hablando de él) es más o menos éste: China tiene unos mil trescientos millones de habitantes. A una media de 70 kg por persona, es una masa total de 91.000 millones de kilos…Si todos ellos saltan a la vez, su masa es tan enorme que pueden llegar a alterar la órbita de la Tierra.

Mentira.

En primer lugar, el modo en el que se supone que funciona la Falacia es el siguiente: los chinos saltan y luego caen de nuevo a la Tierra. Si eso es así, no podrían alterar el movimiento de la Tierra en absoluto, porque son parte del sistema, y para variar la dirección de movimiento del sistema Tierra+chinos hace falta una fuerza exterior a ellos.

Dicho de otra manera: si los chinos saltan, “empujan” la Tierra hacia abajo, pero cuando están en el aire atraen a la Tierra hacia ellos, de modo que “tiran” de ella hacia arriba. Finalmente caen al suelo de nuevo, y lo que ha pasado es que se han separado y vuelto a juntar con la Tierra, y ésta ha realizado una especie de “mini-curva” en su trayectoria antes de volver a ella milimétricamente. El efecto neto sería nulo (aparte de que esa “mini-curva” sería tan minúscula que ni podríamos darnos cuenta).

Para que pudieran alterar la órbita del planeta permanentemente, tendrían que saltar tan rápido que no volvieran a caer (es decir, a una velocidad de al menos 40.000 km/h).

Pero es que, además, la Falacia no tiene en cuenta otra cosa. Cuando dos objetos se empujan unos a otros, la velocidad que adquiere cada uno es inversamente proporcional a su masa. Por ejemplo, si yo peso 50 kg y tengo un amigo que pesa 100 kg y lo empujo de modo que yo salgo despedido con una velocidad de 10 m/s, él saldría despedido hacia el otro lado a 5 m/s (la mitad, pues pesa el doble que yo).

Comparemos la Tierra con gente saltando. Pero quiero ser generoso: supongamos que no son los chinos, sino todos y cada uno de los habitantes de la Tierra los que se reúnen en una ciudad determinada (porque si saltan todos en puntos aleatorios del planeta no pasaría nada) para alterar la órbita de la Tierra.

La masa total de los habitantes de la Tierra, suponiendo que cada uno pesa 100 kg (seamos generosos una vez más), es de unos 650 mil millones de kilos. Veámoslo completo: 650.000.000.000 kg. Impresionante, ¿no? La enormidad de la cifra, supongo, es lo que ha motivado la falacia.

Pero es que la masa de la Tierra es de unos 6 cuatrillones de kilos. Veámoslo también completo: 6.000.000.000.000.000.000.000.000 kg. Mucho más grande que la de todos los habitantes de la Tierra juntos. ¿Cuánto más grande? Si dividimos un número por el otro (y redondeamos, porque todo esto son aproximaciones) vemos que la Tierra pesa diez billones de veces más que todos sus habitantes humanos juntos.

¿Qué quiere decir esto? Que haría falta que la gente saltara a una velocidad diez billones de veces superior a la que le proporcionarían a la Tierra. ¡Diez billones de veces superior! O lo que es lo mismo, que la velocidad que imparten al planeta es diez billones de veces más pequeña que la velocidad con la que saltan.

Es decir: supongamos que todos y cada uno de los habitantes de la Tierra saltan a una velocidad sobrehumana, por ejemplo, la velocidad del sonido (1.200 km/h). Esa hazaña digna de una película de superhéroes haría que la Tierra saliera despedida al otro lado… a 0.00000000012 km/h. Es decir, haría falta un año para que la Tierra se hubiera movido un milímetro en la dirección opuesta.

Y además, como hemos dicho antes, al ser la velocidad del sonido mucho menor que la velocidad necesaria para escapar de la Tierra, los “saltadores” caerían de nuevo a ella y al final no pasaría nada, porque se contrarrestarían las variaciones de velocidad.

Pero, para satisfacer nuestra curiosidad científica, ¿a qué velocidad tendríamos que saltar para alterar la velocidad orbital de la Tierra en un 1%? Como siempre, realizando simplificaciones atroces:

La velocidad orbital de la Tierra alrededor del Sol es de unos 30 km/s. Es decir, tendríamos que proporcionar al planeta una velocidad de 300 m/s. No está mal, ¿verdad? Para ello deberíamos saltar, utilizando la regla de proporcionalidad anterior, un billón de veces más rápido, a una velocidad que es… un millón de veces más rápido que la luz.

¿Cómo?

El problema es que la proporcionalidad anterior no funciona cuando la mecánica newtoniana deja de ser válida, y para alterar la órbita terrestre habría que saltar tan rápido que estaríamos en el régimen relativista de velocidades. De modo que el resultado anterior no tiene sentido.

Realizando el cálculo anterior utilizando el momento lineal relativista (no voy a poner el cálculo aquí), los habitantes de la Tierra deberíamos saltar a una velocidad del 99,9999999989% de la velocidad de la luz.

Vamos, que no podemos