Bruselas afirma que ante la recuperación que está teniendo la Unión Europea existen sonoras excepciones. España es una de ellas. El desempleo duplica la media, con malos datos tanto en el paro de larga duración como en el juvenil o en el infraempleo. Las familias, especialmente las más pobres, siguen pasando apuros financieros: España es uno de los pocos países en los que esa variable es aún peor que hace 10 años. Y los ingresos familiares experimentan caídas recientes pese a la mejoría en el empleo.
Existe un latente avance del PIB continental en torno al 2,5%, el mayor en 10 años, y tasas de paro en torno al 8%.
“No todos los ciudadanos europeos se han beneficiado por igual de la recuperación”, resume la comisaria Marianne Thyssen en un informe titulado Empleo y desarrollos sociales, publicado ayer por la Comisión Europea.
La salida de la crisis española destaca en comparación con el resto de los países de la Unión Europea. La tasa de paro duplica la media europea con valores por encima del 16%. El desempleo es muy elevado. Pero la mayor preocupación se enfoca en los indicadores de los ingresos de las familias.
“Todos los Estados miembros de la UE registraron crecimientos en los ingresos familiares en 2017, con una subida media en el entorno del 1,5%, salvo España, Austria, Grecia y Reino Unido”, relata el informe.
Cada uno de esos cuatro miembros del furgón de cola tiene su propia historia. Grecia representa una gran depresión, pese a los tres rescates que acumula y que llevaban asociados duros recortes y reformas. Austria entró en la Gran Crisis con graves problemas en sus bancos, pero después ha ido pasando desapercibida. Reino Unido empieza a notar el impacto negativo del Brexit. Se supone que España es una historia de éxito pues hizo reformas y ahora recoge los beneficios de esas medidas. Y sin embargo se trata de una economía sobreendeudada, con graves problemas de desigualdad y un tercio de la población en riesgo de pobreza. E incluso la flamante recuperación en el empleo tiene otra cara: excesiva temporalidad, salarios bajos y empleo sumergido. Ni siquiera las sucesivas reformas laborales han podido corregir esa tendencia.
“Los niveles de dificultades financieras de las familias se reducen o se mantienen estables en la mayoría de países europeos. Pero continúan significativamente por encima de las cifras de 2007 en Grecia, Francia y España”, dice el estudio.
Entre el 25% de familias más pobres, una de cada 10 pasa apuros financieros en Luxemburgo y Alemania; ese dato se eleva hasta una de cada tres familias en España y Francia.
Elaborado por Georgina Coll a partir de elpais.com
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