Hay que alentar a las mujeres a asumir más trabajo a tiempo completo y tener hijos.
Pero, ¿es posible conciliar estos dos objetivos aparentemente contradictorios? La respuesta es sí, en base a la evidencia de Escandinavia y la investigación de economistas del FMI como Naoko Miake, Kalpana Kochar y Yuko Kinoshita.
En Japón, el código tributario, las normas sociales y las prácticas laborales corporativas tienen todos elementos que desalientan la maternidad.
Si bien los hombres japoneses tradicionalmente han disfrutado de un empleo de por vida, no ocurre lo mismo con las mujeres. Más de la mitad de las mujeres japonesas con trabajos eligen el trabajo a tiempo parcial o temporal, en gran medida para equilibrar las demandas de cuidado infantil, cuidado de ancianos y trabajo doméstico. La elección también refleja las frecuentes demandas de horas extras (a menudo mal pagadas o no) en el empleo regular, un fenómeno que ha llevado a casos de «karoshi» o muerte por exceso de trabajo. Los trabajadores a tiempo parcial ganan aproximadamente la mitad que los trabajadores a tiempo completo, lo que ha ayudado a limitar los aumentos salariales a pesar del bajo desempleo.
Las escalas salariales se basan en parte en el número de dependientes en el hogar, bajo el supuesto de que el esposo es el único sostén de la familia. Y muchas mujeres también eligen el trabajo a tiempo parcial para mantenerse por debajo de los niveles de ingresos mínimos que están sujetos a impuestos.
¿Qué se puede hacer para aumentar la fertilidad y aliviar la escasez de mano de obra? Reformar el código tributario para eliminar los desincentivos al trabajo a tiempo completo sería un buen lugar para comenzar. Proporcionar más instalaciones para el cuidado de los niños también ayudaría.
Pero estos pasos por sí solos no serán suficientes. Se necesitan cambios más profundos en las normas sociales que desaniman a las mujeres profesionales de tener familias. Limitar las horas extraordinarias les daría a los hombres más tiempo para compartir tareas domésticas y de crianza de los hijos, al mismo tiempo que alentaría a las madres a conservar sus trabajos. Y los estudios sugieren que las parejas tienen más posibilidades de tener un segundo hijo si el hombre pasa más tiempo en casa.
Japón necesita actuar rápidamente si quiere evitar que su población disminuya aún más: después de 2018, el número de mujeres en edad reproductiva disminuirá drásticamente. Se espera que la población total de Japón caiga entre ahora y 2025 en casi 4 millones, aproximadamente la población de Los Ángeles, y que disminuya aún más rápido.
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