LA COMISIÓN EUROPEA FINANCIARÁ UN PROYECTO PARA AYUDARA A QUE LOS JÓVENES ENCUENTREN TRABAJO

La Comisión Europea (CE) ha anunciado que destinará cuatro millones de euros para financiar un proyecto piloto para ayudar a los jóvenes de entre 18 y 30 años en situación de desempleo a encontrar un puesto de trabajo en otro Estado miembro.

                                                                                                                                                                                                                                                                                     El proyecto piloto, bautizado ‘Tu primer empleo Eures’, estará gestionado por los servicios de búsqueda de empleo de España, Italia, Alemania y Dinamarca, pero estará abierto a todos los jóvenes en paro de cualquier Estado miembro, ha explicado el portavoz de Empleo del Ejecutivo comunitario, Jonathan Todd en rueda de prensa. «Estas cuatro agencias gestionarán el proyecto, pero cualquier joven de cualquier Estado miembro puede solicitar beneficiarse de este esquema», ha explicado el portavoz, que ha confirmado sin embargo que la elección de los jóvenes «lo decidirán las agencias que gestionan este esquema».
El proyecto pretende sobre todo ayudar a casar mejor los puestos vacantes en otros Estados miembros con las cualificaciones y destrezas de jóvenes que no encuentran un trabajo en su país porque «frecuentemente» no se demandan sus capacidades específicas en su mercado laboral, pero sí son demandas en otro Estado miembro. «Un joven en paro español entre 18 y 30 años podría ir a la web de ‘Eures’ y gracias a este p
royecto piloto se le ayudaría a encontrar un empleo en otro Estado miembro», ha explicado el portavoz.
Bruselas espera que unos 5.000 jóvenes se beneficien del proyecto piloto para encontrar un trabajo en otro Estado miembro, que podrán recibir «una compensación» económica, por ejemplo para desplazarse a hacer una entrevista de trabajo en otro Estado miembro.
Las pymes podrán beneficiarse
A su vez, las pequeñas y medianas empresas con hasta 250 empleados podrán solicitar ayudas del proyecto para cubrir parte de los costes de formación de nuevos jóvenes contratados, por ejemplo para adquirir las capacidades lingüísticas necesarias para trabajar en otro Estado miembro. El proyecto piloto pretende contribuir a largo plazo a transformar la red actual virtual europea de búsqueda de empleo ‘Eures’ en otros Estados miembros en «un servicio paneuropeo eficaz» en el marco de la reforma que prepara el Ejecutivo comunitario, ha precisado el portavoz.
El Ejecutivo comunitari
o es consciente de que «la demanda laboral está disminuyendo» en la UE por la «persistencia de las difíciles condiciones económicas y la continuidad de las medidas de austeridad» en la mayoría de Estados miembros y que «encontrar un trabajo en otro país no es la solución para todos los desempleados, pero puede ser una solución para algunos de los jóvenes», ha explicado el portavoz.
«La responsabilidad principal para mejorar las expectativas de empleo de los jóvenes son los Estados, no de la Comisión. No tenemos una solución milagrosa para superar el paro juvenil», ha reconocido el portavoz, que ha recordado que Bruselas presentará a finales de mes sus recomendaciones a los Estados miembros sobre sus planes de reformas y ajustes, incluido «para introducir reformas en su mercado laboral y tomar otras medidas para luchar contra el paro juvenil». El proyecto piloto «no resolverá todo el paro juvenil en Europa». «Se trata de una manera de desarrollar un sistema reforzado para ayudar a los jóvenes en esta situación», ha precisado Todd.
Más de cinco millones de jóvenes en la UE están en situación de desempleo, aunque la tasa de paro juvenil en países como España y Grecia superan el 50% frente al 20% de media comunitaria.

LA AMENAZA SE CUMPLE

Moody´s rebaja la nota a 16 bancos españoles

La agencia de calificación crediticia Moody’s ha rebajado entre uno y tres escalones la calificación de 16 entidades financieras españolas, entre ellas BBVA y Banco Santander, tras concluir una revisión del sistema que comenzó a mediados de febrero, según ha informado la agencia en un comunicado.

Moody’s atribuye estas rebajas a las condiciones adversas de la economía española, de nuevo en recesión, la menor solvencia crediticia, el «rápido» deterioro de la calidad de los activos de estas entidades y la menor capacidad de estas empresas para financiarse en el mercado.

Por otra parte, la agencia también menciona algunas «tendencias positivas» dentro del escenario financiero español y cita como ejemplos el aumento de las provisiones de bancos y cajas, el aporte de liquidez por parte del Banco Central Europeo (BCE) y las medidas de apoyo, actuales y futuras, del Gobierno de Mariano Rajoy.

En base a estas premisas, Moody’s baja el rating de 16 entidades, de tal forma que el Banco Santander pasa de Aa3 a A3, Banesto de A2 a A3, Santander UK de A1 a A2, BBVA de Aa3 a A3, Unicaja Banco de A1 a A3, Caixa Bank de Aa3 a A3, Banco Popular de A2 a A3, Caja Rural de Navarra de A3 a Baa1, Banco Sabadell de A3 a Baa1, Banco Cooperativo Español de A1 a Baa1, Bankinter de A2 a Baa2, Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) de A2 a Baa2 y Caja Rural de Granada de Baa1 a Baa3.

La agencia revisa igualmente a la baja a Liberbank, de Baa1 a Ba1, Cajamar Caja Rural, de Baa3 a Ba2, y Lico Leasing, de Baa3 a Ba3, en los tres casos hasta niveles englobados dentro de lo que se conoce como ‘bono basura’.

Moody’s ya situó el pasado 16 de febrero en revisión para una posible rebaja los ratings de 114 entidades financieras del Viejo Continente, 21 de ellas españolas, a consecuencia del impacto de la crisis de la eurozona, que incluía la revisión de la calificación autónoma de 99 bancos y de las notas de la deuda a largo plazo y de los depósitos de 109 entidades europeas. De hecho, ya rebajó el pasado lunes los ratings de 26 bancos italianos.

La última vez que la agencia recortó la calificación de la deuda soberana española fue el pasado 13 de febrero, cuando la situó en A3 con perspectiva ‘negativa’, dos escalones por debajo del rating A1 que Moody’s otorgaba hasta esa fecha a España.

Nuevo golpe a la imagen del sector

Con el anuncio de Moody’s, la imagen de la banca española se ve de nuevo afectada, en un momento en que está sufriendo un duro castigo en la Bolsa por el desplome de Bankia y por el impacto de la nueva reforma financiera.

Esa reforma, que fue aprobada el pasado día 11, eleva de nuevo las provisiones que debe realizar el sector para sanear sus activos inmobiliarios en casi 30.000 millones de euros. En este sentido, Moody’s destacó esta semana que la reforma financiera aprobada por el Gobierno español y la nacionalización de BFA eran acciones «positivas», pero todavía dejaba a entidades y a acreedores «vulnerables» por si aparecen más préstamos problemáticos.

Añadió que dichas acciones confirmaban la disponibilidad que hay para ofrecer a las entidades apoyo público, aunque la cantidad y la forma de ayuda son «inciertas». «Esto probablemente aumentará la carga de la deuda pública ya elevada de España», matizó la agencia, que prevé que supere el 90% de PIB en 2014, casi el triple que el 36% registrado en 2007.

El pasado 30 de abril, Standard & Poor’s (S&P) rebajó la calificación de once entidades financieras españolas después de hacer lo mismo días antes con la deuda soberana nacional. También otra agencia, Fitch, recortó el 13 de febrero la calificación de Banco Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia.

Rebaja masiva de la nota de los bancos españoles

La agencia de calificación Moody’s realizará esta noche una rebaja masiva de la nota que asigna a los bancos españoles, similar a la que realizó el pasado lunes con la banca italiana. La firma, según fuentes financieras, ha comenzado a comunicar a las entidades bancarias la próxima rebaja, como es preceptivo en estos casos.

Esta rebaja se llevará a cabo después de que el lunes, Moody’s rebajara de uno a cuatro escalones la nota de 26 bancos italianos debido a su vulnerabilidad ante la dificultades que atraviesa la eurozona. Hace tres meses, a mediados de febrero, la agencia anunció que ponía en revisión la calificación de 114 entidades financieras europeas en 16 países, de los que Italia y España eran los más afectados, con 24 y 21 entidades, respectivamente.

Moody’s justificó entonces esta acción por el «impacto negativo y prolongado de la crisis de la zona del euro», combinado con el deterioro de la calidad crediticia y los desafíos a los que hacen frente los bancos y las sociedades de valores con una actividad significativa en el mercado de capitales. Si Moody’s cumple su amenaza, la imagen de la banca española se vería de nuevo afectada, en un momento en que está sufriendo un duro castigo en bolsa por el desplome de Bankia y por el impacto de la nueva reforma financiera.

Esa reforma, que fue aprobada el pasado día 11, eleva de nuevo las provisiones que debe realizar el sector para sanear sus activos inmobiliarios en casi 30.000 millones de euros. En este sentido, Moody’s destacó esta semana que la reforma financiera aprobada por el Gobierno español y la nacionalización de BFA eran acciones «positivas», pero todavía dejaba a entidades y a acreedores «vulnerables» por si aparecen más préstamos problemáticos.

Añadió que dichas acciones confirmaban la disponibilidad que hay para ofrecer a las entidades apoyo público, aunque la cantidad y la forma de ayuda son «inciertas». «Esto probablemente aumentará la carga de la deuda pública ya elevada de España», matizó la agencia, que prevé que supere el 90 por ciento de PIB en 2014, casi el triple que el 36 % registrado en 2007.

El pasado 30 de abril, Standard & Poor’s (S&P) rebajó la calificación de once entidades financieras españolas después de hacer lo mismo días antes con la deuda soberana nacional. También otra agencia, Fitch, recortó el 13 de febrero la calificación de Banco Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia.

Ante esta situación, la banca europea se reunió en Frankfurt junto a los veinte mayores bancos europeos (entre ellos el BBVA y el Santander) con el fin de estudiar cómo doblegar el monopolio de las tres agencias (Standard &amdPoors, Moody’s y Fitch) en el mercado de la calificación crediticia, que impide a otras firmas ganar cuota de mercado y, por tanto, aumentar la competencia. Algunas de las entidades financieras quieren además imponer a «las tres grandes» una nueva forma de trabajar, de manera que se reduzca su acceso a información privilegiada, no disponible para otros competidores. La idea que hay sobre la mesa es que los bancos faciliten a las agencias de rating un paquete de información estándar, lo que serviría para alentar la competencia.

 

LOS GRIEGOS RETIRAN SU DINERO ANTE EL TEMOR POLÍTICO

La inestabilidad política ante la imposibilidad de formar un Gobierno ha provocado que los griegos estén sacando millones de euros de sus cuentas de ahorro y depósitos. «El estado de los bancos es demasiado difícil. La retirada y salida de fondos hasta las 16.00 horas (del lunes) alcanzaba los 700 millones de euros. En los próximos días, la situación empeorará», ha explicado el presidente griego, Karolos Papulias, el martes a los líderes de los partidos políticos durante sus reuniones para formar gobierno.

La emisora Real FM, citando fuentes bancarias, ha explicado que hasta ayer, martes, habían sido retirados unos 1.000 millones de euros desde el 7 de mayo, el día siguiente a los comicios. «La fortaleza de los bancos es muy pequeña en estos momentos», explicó el gobernador del Banco de Grecia, Yorgos Provópulos, según las actas de las reuniones de los últimos días, hechas públicas a instancia de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza).

Con todo, no se trata de una situación nueva, aunque ahora la tendencia se haya acentuado, pues las estadísticas del Banco de Grecia indican que en los primeros dos meses del año se retiraron unos 10.000 millones de euros en depósitos. «Desde que la crisis comenzó a finales de 2009, los bancos han estado perdiendo una media de 3.000 millones de euros en ahorros cada mes. Debido a los malos préstamos y a la quita de la deuda, sus activos no tienen apenas valor», relata Nick Malkoutzis, director de la versión en inglés del diario griego ‘Kathimerini’. «Lo único que los mantiene vivos es la fe en que algunos ahorradores aún no han retirado sus depósitos y el hilito de financiación del Banco Central Europeo (BCE)», advierte Malkoutzis.

Tras el proceso de la quita de deuda, que supuso una pérdida media de algo más de la mitad del valor de los bonos griegos en manos de los inversores bancarios, las instituciones financieras griegas esperan como agua de mayo la inyección de liquidez del Estado. Según el acuerdo con los prestamistas internacionales (la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional), Grecia destinará al menos 50.000 millones de euros, de los 130.000 millones del segundo plan de rescate, a la recapitalización de los bancos griegos.

Sin embargo, la convocatoria electoral del pasado 6 de mayo impidió que el Gobierno saliente aprobara el plan de recapitalización que, ahora, con la incertidumbre que provocan las nuevas elecciones, pende de un hilo. De hecho, deberá ser el Gobierno interino que se espera sea elegido hoy el que apruebe el plan, con el que los bancos esperan recibir 18.000 millones de euros en los próximos días.

El problema es que el Estado griego se está quedando sin liquidez y los prestamistas internacionales amenazan con cerrar el grifo completamente si el nuevo Gobierno griego no cumple los recortes y medidas de austeridad pactados. «La única liquidez que estamos recibiendo es de los préstamos del BCE, por tanto, si nos salimos del memorándum (de austeridad), tal y como exigen ahora algunos políticos, nos quedaremos sin dinero. Una suspensión de pagos es bastante probable», explica Yannis Sturnaras, exmiembro de la junta de directores de la Autoridad de Gestión de la Deuda Pública.

De acuerdo a fuentes bancarias citadas hoy por el diario ‘Ta Nea’, no habrá problemas mientras Grecia esté cubierta por el mecanismo de Asistencia de Liquidez de Emergencia del BCE, del que los bancos griegos ya han recibido 55.000 millones de euros. Sin embargo, ya hay rumores de que en las últimas semanas el BCE ha denegado varias peticiones de inyecciones de capital por parte de los bancos griegos. El problema se daría si terminan por cumplirse las amenazas de los últimos días y Grecia sale de la moneda única.

Conforme a las repercusiones que puede tener esto en España, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha asegurado que en España no habrá «corralito» en 2013 y que es «Es materialmente imposible».

Montoro ha recordado que España no está intervenida ni sometida a Europa, sino que es miembro de un club en el que está agusto, al tiempo que ha dicho que cada país debe hacer «sus deberes en casa» y ha reiterado que «no conviene» relajar el programa de consolidación fiscal para reducir el déficit.

BANKIA: SANEAMIENTO Y DIMISIÓN

 

 

 

El presidente Mariano Rajoy declaraba hace pocos días que “lo último que haría es inyectar dinero público. Pero si fuera necesario, lo haría”. Esta declaración presagiaba ya la intención de usar fondos públicos para rescatar al sector financiero, y finalmente se llevará a cabo con una inyección aproximada de 10.000 millones al banco Caja Madrid, cantidad que equivale a los ahorros obtenidos a través de los recortes en Educación y Sanidad.

 

El rescate se realizara a través de FROB (Fondo de Reconstrucción Ordenada Bancaria), que ya había actuado anteriormente, concretamente en el 2010 entregando 4.465 millones a una fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas.

 

Esta decisión ha supuesto que Rodrigo Rato haya presentado su dimisión como presidente de Bankia y de su matriz, Banco Financiero y de Ahorro (BFA), tras dos años en el cargo por considerar que «es lo más conveniente para esta entidad», y ha propuesto como su sustituto a José Ignacio Goirigolzarri, hasta ahora exconsejero delegado del BBVA, por entender que es «la persona más adecuada para liderar el proyecto en estos momentos».

 

La inesperada salida de Rato, que hasta ahora había defendido la viabilidad de Bankia, se produce en un momento complicado para la entidad, debido a las dudas que ha generado su alta exposición al sector inmobiliario, su morosidad y su tamaño, uno de los más grandes de España.

 

El anuncio de la “intervención” ha provocado una fuerte caída de las acciones de Bankia, consecuencia de la huida de inversores ante la incertidumbre que se avecina sobre la compañía, llegando a depreciarse un 8,2% en el día hasta valer 2,18 euros por título, el 41,9% menos con respecto al precio con que salieron a Bolsa el verano pasado, un total de 39,4% en lo que va de ejercicio, hasta darle una capitalización de 4.346 millones.