Donde «K» las da, Repsol las toma

REPSOL INICIA EL PROCESO PARA EVITAR LA NACIONALIZACION DE YPF
Repsol inicia el proceso para llevar a un arbitraje la nacionalización de YPF

Como estamos viendo hasta la fecha, el anuncio que tuvo lugar el 16 de Abril del presente año, donde  la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner  nacionalizaba de forma oficial la parte argentina de la filial española Repsol, no ha hecho más que empezar.

Una situación incómoda, que ha llevado a la rotura de forma bilateral de una larga tradición comercial y humana.

La tensa relación entre los dos países de habla hispana a entrado en un espiral, un «lazo de mohebius» que parece no tener fin. Y es que lejos de enfriar las brasas de un incendio que por el momento parecía extinguido, ambas partes se han enzarzado en una serie de movimientos estratégicos de acción- reacción digno de una de las partidas de ajedrez más tensas y competidas de la historia. Con el agravante de que esta «partida» esconde uno de los conflictos geopolíticos más determinantes del momento, ante la delicada situación económico-financiera que atraviesan sendos países. 

Una situación que no es del agrado de nadie, donde propios y ajenos entienden la guerra Kirchner-Rajoy como un error a gran escala que llega si cabe en el momento menos indicado. Y donde expertos, economistas y políticos  ven que a medida que el tiempo pasa, las posturas están mas alejadas y donde un punto de reconciliación a estas alturas ya es impensable.

Si analizamos esta complicada situación desde el prisma empresarial y vemos a los dos bloques que se enfrentan como lo que son, dos empresas que intentan buscar la mejor vía para obtener beneficios, entenderemos rápidamente que no cumplen una de las lógicas comerciales más extendidas en la actualidad en las relaciones Business to Business.

El Win to Win donde las dos empresas deben trabajar de la mano para obtener y optimizar al máximo sus beneficios, algo que a simple puede parecer simple y de cajón pero que a niveles de estado puede ser toda una utopía inalcanzable por una serie de razones que escapan al ciudadano de a pie donde el poder, la ambición, la imagen y sobre todo los votos juegan un papel principal en una película que no es la suya.

Repsol ha dado el primer paso para demandar a Argentina por la nacionalización de YPF. La compañía española ha notificado a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, la declaración de existencia de controversia bajo el Tratado de Promoción y Protección de Inversiones, controversia que deberá dirimirse en un arbitraje internacional ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), organismo con sede en Washington dependiente del Banco Mundial, según fuentes al tanto del proceso.

Previamente a la presentación de la demanda arbitral el CIADI, las partes tienen un plazo de seis meses para buscar una solución negociada. Aunque el ministro de Planificación, Julio de Vido, ha declarado a la televisión venezolana que «Repsol ya ha presentado su caso en el Ciadi», sin dar más detalles, en realidad lo que ha hecho la compañía española es dar el paso previo.

Según la empresa española, la expropiación de YPF implica una violación de los compromisos asumidos por Argentina bajo el Acuerdo para la Promoción y la Protección Recíproca de Inversiones entre España y Argentina.

Los Tratados de Promoción y Protección de Inversiones (APPRIs) son tratados bilaterales de naturaleza recíproca que contienen medidas y cláusulas destinadas a proteger, en el plano del derecho internacional, las inversiones realizadas por los inversores de cada Estado-Parte en el territorio del otro Estado-Parte. Su objetivo es proporcionar un ambiente estable y favorable a la inversión que permita reducir los factores de incertidumbre política y jurídica que a veces afectan al desarrollo de los proyectos de inversión a los que se suele enfrentar la empresa en el exterior. Son suscritos principalmente con países no miembros de la OCDE.

En ellos los Estados asumen internacionalmente ciertos compromisos de trato a las inversiones procedentes del otro Estado y permiten en caso de discrepancias o controversias dirimirlas en un foro más neutral que la de los tribunales del propio Estado que adopta las medidas que afectan negativamente a esas inversiones extranjeras.

Con la notificación, Repsol anuncia formalmente el comienzo inmediato de acciones legales bajo el Derecho Internacional para que se declaren ilícitos y se condene a Argentina a la reintegración o a la reparación integral de los daños y perjuicios que hayan podido ocasionar.

Según la argumentación de la compañía española, Argentina ha violado diversas reglas del Tratado, comenzando por la obligación de no nacionalizar o expropiar las inversiones de Repsol, o de someterlas a medidas de efecto equivalente, que “en ningún caso [podrán] ser discriminatoria[s]”, salvo por causas de utilidad pública y contra el pago de una indemnización adecuada y sin demora (artículo V del Tratado).

Previamente al anuncio de la expropiación, Argentina sometió a los activos de YPF a ciertas medidas dirigidas a erosionar o destruir su valor. En este sentido, en el transcurso de los últimos meses, varias Provincias (Chubut, Santa Cruz, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Salta) han confiscado concesiones pertenecientes a YPF de manera coordinada a través de declaraciones de caducidad infundadas y políticamente motivadas, según sostiene Repsol. Luego, el 16 de abril, hizo efectiva la expropiación del control de YPF, mediante la ilegítima intervención de la compañía y la expulsión de sus directivos (y el día 18 de abril de 2012 se hizo lo mismo con Repsol YPF Gas), sin observar las medidas de protección establecidas por el Estatuto de YPF y antes incluso de la promulgación formal de la Ley de Expropiación de YPF, siempre según los argumentos de la española.

Además, la compañía española considera que la expropiación de las inversiones de Repsol es ilícita y no ha sido acompañada de ninguna de las garantías exigidas por el citado Tratado, ni tan siquiera de la que contempla el pago de una indemnización adecuada y sin demora a cualquier medida expropiatoria.

Repsol argumenta que Argentina ha violado la obligación de garantizar un “tratamiento justo y equitativo” a las inversiones (a lo que obliga el artículo IV.1 del Tratado), puesto que las medidas adoptadas han alterado por completo el marco jurídico y económico de la inversión de Repsol en YPF, y de Repsol y Repsol Butano en Repsol YPF Gas.

También Argentina ha violado su compromiso internacional de no obstaculizar en modo alguno, mediante medidas injustificadas o discriminatorias, la gestión, el mantenimiento, la utilización, el disfrute, la extensión, la venta, o, en su caso, la liquidación de tales inversiones (incumpliendo el artículo III.1 del Tratado), según la empresa.

La compañía cree que es evidente que los decretos de intervención y la Ley expropiatoria actúan solamente en contra de los intereses de Repsol, sin interferir directamente en la participación de los demás accionistas de YPF y de Repsol YPF Gas, ni afectar a cualquier otra compañía de hidrocarburos presente en el país.

La argumentación española concluye que todo esto pone de manifiesto que se trata de medidas de carácter singular contra Repsol, abiertamente contrarias al principio de paridad de trato y contradiciendo también claramente lo previsto en el citado artículo V del Tratado, según el cual “en ningún caso [la expropiación] deberá ser discriminatoria”. Por ello, también han sido infringidas las disposiciones del Tratado sobre paridad con el trato al nacional (artículo IV.5 del Tratado) y el tratamiento de la nación más favorecida (artículo IV.2 del Tratado).

Según anunció Antonio Brufau tras la nacionalización por decreto de su filial el 17 de abril, pedirá al organismo de arbitraje que imponga una compensación de 10.500 millones de dólares (8.160 millones de euros al cambio actual) por su participación del 51% en YPF que ha pasado a manos del Estado argentino, a lo que podrían sumarse cantidades adicionales.

Fuente: EL PAIS

Texto introductorio: Guido Lucini

La primera victoria de «K»

CON EL OBJETIVO DE ALZAR EL SENTIMIENTO PATRIOTICO DEL PAIS TRAS NO CONSEGUIR RECUPERAR LAS MALVINAS, KIRCHNER LE GANA LA PARTIDA A ESPAÑA CON LA EXPROPIACIÓN DE YPF 

A lo largo de su andadura como presidente de Repsol, Antonio Brufau ha negociado con líderes mundiales en situaciones un tanto peculiares. Muamar el Gadafi lo atendió varias veces en su jaima de Trípoli mientras en la puerta ordeñaban las cabras y pastoreaban los camellos; el boliviano Evo Morales lo recibió a las cinco de la mañana en La Paz; con el presidente Hugo Chávez departió mientras el mandatario venezolano conducía un Mercedes desde la Gran Vía de Madrid hasta el aeropuerto de Barajas, y Fidel Castro le concedió audiencia a las dos de la madrugada en La Habana.

En la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino, Brufau tuvo que esperar a veces varias horas para acceder al despacho presidencial. Pero cuando llegaba acompañado de Sebastián Eskenazi, el hombre al que vendió el 25% de Repsol-YPF cuando Néstor Kirchner le obligó a argentinizar la compañía, no esperaba ni un minuto. Eskenazi era íntimo amigo de los Kirchner. Néstor y Cristina vieron con muy buenos ojos en 2008 que los Eskenazi pagaran solo el 10% de las acciones que compraron. Para el resto, pedirían créditos. ¿Y cómo pensaban los Eskenazi pagar los créditos? Con el dinero que les abonase la empresa en el reparto de dividendos. “Así me compro yo también la Coca-Cola”, dijo esta semana el periodista argentino Jorge Lanata. La operación le pareció un tanto extraña entonces a algunos analistas argentinos, y les sigue pareciendo extraña. Pero entonces, casi todo el mundo parecía contento: Brufau, los Kirchner y, por supuesto, los Eskenazi.

Brufau trabó relaciones muy fluidas con el ministro de Planificación, Julio de Vido, responsable de la política energética del país en los últimos nueve años. El presidente de Repsol conocía bien a la gente que era necesario conocer bien: los empresarios, los periodistas más influyentes, los gobernadores de las provincias petroleras, los consultores de energía más prestigiosos… Y cuando murió Néstor Kirchner, en 2010, no perdió la brújula en los laberínticos pasillos del poder peronista. Unos ministros llegaban, otros se iban, pero Julio de Vido seguía ahí. Y los Eskenazi continuaban manteniendo buenas relaciones con la presidenta. Hasta el año pasado, ella elogiaba su gestión empresarial en público y lo trataba de Antonio ante las cámaras.

De pronto, a principios de diciembre de 2011, todo lo que era blanco se volvió negro. De Vido empezó a pedir que la empresa invirtiera más en explorar y producir petróleo. De Vido había acudido con su esposa en varias ocasiones a la casa porteña de Brufau. Pero el trato se enfrió de pronto. El fino olfato de Brufau no tuvo que esmerarse mucho para darse cuenta de que las cosas estaban cambiando. Las cuentas no cuadraban en el país. El año pasado Argentina tuvo que importar hidrocarburos por valor de 10.000 millones de dólares (7.500 millones de euros), y para este año se prevé que sean por lo menos 9.000 millones. ¿Responsable? Repsol-YPF, que solo representa un tercio de la producción en Argentina. ¿Por qué nunca denunció De Vido esa situación y el representante en la dirección de YPF por parte del Estado, Roberto Baratta, vino aprobando todas las decisiones del directorio durante los últimos años? La situación recordaba demasiado a la escena de Casablanca en la que el oficial francés que solía jugar en el casino cierra el local porque de pronto descubre que ahí se juega.

Repsol aportó cifras en las que mostraba que en 2001 tenía 8.867 empleados directos y el año pasado 16.048. Enseñó cuadros con datos del propio Gobierno en los que se veía cómo el año 1999, cuando compró YPF, invirtió 1.000 millones de dólares, y desde entonces había venido aumentando la cifra casi todos los años hasta los 2.990 millones de 2011. Para 2012 prometía 3.500 millones de dólares. Pero sus interlocutores decían que eso no era suficiente, que había descendido mucho su producción. Antonio Brufau viajó varias veces desde Madrid a Buenos Aires para explicar que la mayoría de los pozos eran maduros, es decir, muy explotados y con pocas reservas.

De Vido, responsable de la política energética de los últimos años, debía saberlo. Pero de pronto, el interlocutor válido ya no era De Vido. Ahora se presentaba a las reuniones un hombre de 41 años y patillas de hacha, vestido sin corbata, que nunca antes había puesto un pie en el complejo mundo de la industria petrolera. Se trataba de Axel Kicillof, el viceministro de Economía. Su discurso estaba en las antípodas de lo que Brufau representaba, pero era amigo de Máximo Kirchner, hijo de la presidenta. Y, sobre todo, era el hombre a quien la presidenta parecía escuchar. Brufau creía que Kicillof estaba preparando un borrador para expropiarle. Quería negociar directamente con la presidenta, pero ella no le atendía. Los gobernadores petroleros empezaron a revertir áreas de explotación y Repsol-YPF fue perdiendo valor en Wall Street.

Finalmente, el lunes 16 de abril, después de cuatro meses de acoso y derribo, la presidenta «K» anuncio la expropiación. No había que encargar muchas encuestas para darse cuenta de que nueve de cada diez argentinos se mostrarían favorables a la medida. En España no hay ninguna empresa que se pueda comparar ni remotamente con YPF en cuanto a la carga identitaria y sentimental que esa marca representa para los argentinos. YPF fue la primera explotación estatal petrolera del mundo. Estuvo presente en la mitad de los 200 años de vida que tiene el país y representa la nostalgia de la soberanía energética perdida, de todo lo que se podía haber sido y no se es.

Ante esos sentimientos, poco podían hacer las cifras de Brufau. El presidente de Repsol insistía en que la empresa solo representaba un tercio de la producción y se la estaba discriminando. Pero Kicillof la responsabilizó del 71% de la caída en la producción del petróleo en el último año y del 70% en la producción de gas.

Al día siguiente de la expropiación, Kicillof expuso el proyecto de ley, durante dos horas y media ante todos los senadores de Argentina. No faltaron en su discurso menciones a España y a elefantes. También a cerdos. “Los llamados PIGS. PIGS es el nombre con el que bautizó el stablishment económico… pigs, ¡cerdos!, a algunas economías europeas como Portugal, Italia, Grecia, España. Pigs, hay peipers [papers, documentos] de grandes economistas llamándolos cerdos. Le pido a España que recupere la dignidad en este sentido, que mire lo que le están recomendando la derecha y los guitarristas de libre mercado. ¡Y cómo los llaman! Después de haber cumplido con esas recetas tienen grandes problemas económicos. Pero los grandes problemas económicos no es ese default de la deuda externa en el que iba a caer Grecia exclusivamente. Los problemas económicos que mira este Gobierno y que no están en los libros de texto son el desempleo, el nivel salarial, el nivel de las jubilaciones, el bienestar de la gente. Esos son los problemas, los grandes y gravísimos problemas económicos. No lo que hace el Estado argentino con una empresa… ¡argentina!”.
Con un evidente dominio de la oratoria, Kicillof escenificó lo que ya se venía comentando en Argentina. La Cámpora, la asociación juvenil que lidera Máximo Kirchner, se estaba afianzando en el poder. De Vido había sido nombrado interventor de YPF, pero Kicillof será su director adjunto y jugará un papel clave en el sector energético. De entrada, ya advirtió que los empresarios como Brufau no tienen nada que enseñarle. “Cuando se trata de empresarios extranjeros, ¿qué van a saber de lo que estamos haciendo acá? ¿Qué van a creer, en que estamos convencidos de lo que estamos haciendo y que lo estamos llevando por una senda responsable y que ha dado frutos completamente distintos de lo que está ocurriendo en situaciones de países europeos como la propia España? Que nosotros ya hemos probado el gusto amargo de ajuste. Y ya sabemos que cuando hay una profunda crisis, lo peor que se puede hacer es pensar que el Estado es malo, que el Estado es el problema. El Estado es la solución. Y lo hemos visto en la Argentina. No estoy dándole consejos a España. Simplemente digo que cuando hay recesión y crisis el Estado se vuelve en un actor clave para revitalizar la demanda y la producción. Entonces, el ajuste del poder adquisitivo de los jubilados lo hemos vivido nosotros. (…) ¿Cómo vamos a retirar al Estado de funciones vitales? Estos empresarios como Brufau, ¿qué va a entender lo que estamos haciendo, cuando está pensando en la expansión trasnacional de un grupo que lo ha hecho en buena medida a expensas de los dividendos girados por nuestra compañía petrolera?”.

Un analista argentino subraya el atractivo de la figura de  Kicillof  “Seguramente, en España, con la crisis que atraviesa, esas palabras contra los excesos del libre mercado pueden resultar muy atractivas. Y como personaje literario es muy interesante: un profesor de economía de aspecto juvenil que le planta cara al gigante de Repsol y habla más de dos horas en el Senado con el dedo índice levantado. Pero ese señor va a estar al frente de YPF. A los españoles les puede resultar muy simpático y atractivo un personaje así. Pero seguro que no querrían tenerlo al frente de Repsol”.

Algunos analistas se muestran apesadumbrados por la decisión de expropiar. Creen que una vez más Argentina ha vivido un sentimiento malvinero de euforia nacional colectiva que terminará pagando caro. Pero esas voces son muy escasas. Mientras arreciaban el viernes los mensajes de reprobación internacional de la Unión Europea y de EEUU, Cristina Fernández de Kirchner seguía envolviéndose en los grandes sentimientos de la bandera de Argentina. En su cuenta de Twitter, con un millón de seguidores, se pudo leer: “Desde allá, desde Casa Rosada, miramos al país de frente, hacia el Norte, el Sur, el Centro, toda esa inmensa geografía que estaba esperando”. Y después: “Quiero agradecer porque es hora de que la Argentina inicie una etapa diferente, de grandeza, donde los que están en la oposición también apoyen”. En efecto, casi toda la oposición en pleno apoyó la medida en el Senado. Hasta uno de los hombres más defenestrados del país, el senador peronista Carlos Menem, que fue quien privatizó YPF votó a favor de la expropiación.

“La gente siente que recuperó algo que le pertenece”, señala Víctor Bronstein, director del centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad. “Es un sentimiento popular y hay que respetarlo. Ahora queda por saber si la empresa estatal puede hacerse cargo del problema. Yo creo que contamina el funcionamiento de la empresa el hecho de que las provincias tengan poder en el directorio. La presidenta compara a Petrobras como empresa mixta que funciona bien. Pero en Brasil, donde los Estados tienen más autonomía que en Argentina, los recursos de petróleo y gas pertenecen a la nación, no se negocian con las provincias, no tiene sentido”.

Bronstein cree que la crítica que se le hace a Repsol en cuanto a que decidió invertir más en producir que en explorar es relativa, porque va en contra de los propios intereses de la compañía. “Toda empresa petrolera sabe que tiene que mantener un nivel de reserva, porque si no se le acaba el negocio”. Sin embargo, Bronstein cree que Repsol decidió explorar menos porque priorizó inversiones internacionales. “Solo actuó cuando le apretaron el zapato. Y ya era demasiado tarde”.

Jorge Lapeña, secretario de Energía de Raúl Alfonsín (1983-1989), también coincide en que “faltó exploración”. Pero no culpa tanto a la empresa como al Gobierno que lo toleró. “Todas las empresas privadas exploran menos pozos en Argentina que la mitad de lo que exploraba la YPF estatal ella sola en la década de los ochenta. El Estado ha fracasado como fiscalizador y planificador”, señala. El antiguo secretario de Alfonsín es una de las pocas voces que se han pronunciado en Argentina contra las formas en que las provincias quitaron concesiones a YPF: “Creo que se tenía que haber hecho una auditoría integral de todos los permisos de exploración y concesiones de todas las empresas”.

En cuanto, a la forma sincronizada en que se ejecutó la expropiación, obligando a los directivos de Repsol-YPF a desalojar la empresa en el mismo momento en que la presidenta anunciaba el proyecto de ley, Kicillof aportó sus razones: había que descubrir los secretos mejor guardados de la empresa. No había nada personal. Solo negocios.

Guido Lucini

Fuente :EL PAIS

¿ADIVINA QUIÉN NO VIENE A CENAR ESTA NOCHE?

¿Adivina quién no viene a cenar esta noche?

La reunión este lunes en la Casa Blanca entre Barack Obama y Dilma Rousseff fue el encuentro entre los presidentes de dos colosos que compiten actualmente por la influencia, no solo en el continente que comparten y sobre el que ostentan una supremacía indiscutible, sino en todos los planos de la política y la economía internacionales. Como tal, la entrevista estuvo rodeada de tensiones y diferencias que los dos líderes se esforzaron en disimular con elogios mutuos y un compromiso de estrechar sus relaciones en el futuro, pero sin grandes acuerdos concretos.

Obama reconoció, en unas declaraciones al final de la entrevista, “el extraordinario progreso que ha hecho Brasil bajo la presidenta Rousseff y su antecesor, el presidente Lula, transitando de una dictadura a una democracia, consiguiendo un extraordinario crecimiento económico y sacando de la pobreza a millones de personas”. Por su parte, Rousseff criticó las políticas monetarias de los países más desarrollados y expresó confianza de que “en los próximos meses, bajo el capaz liderazgo del presidente Obama, se ponga el énfasis en políticas de crecimiento económico».

Con motivo de esta cumbre, se anunciaron una serie de compromisos militares, diplomáticos, culturales y comerciales que pretendían ayudar a darle contenido a la primera visita de Rousseff a Washington. Pero ninguno de esos acuerdos sirvió para negar la realidad de que estos dos países están aún lejos de un nivel de cooperación a la altura de la relevancia que esta relación ha alcanzado para el futuro de América y del mundo.

Brasil genera hoy alrededor de la mitad de todo el Producto Interno Bruto de este continente. El año pasado sobrepasó al Reino Unido como la sexta mayor economía mundial. Tiene poderosas razones para reclamar de parte de EE UU un trato preferencial que todavía no recibe, debido a las discrepancias políticas entre los dos Gobiernos.

La presidenta brasileña esperaba culminar este viaje visita con una cela de gala en la Casa Blanca, como Obama ha ofrecido a otros invitados especiales –el último, el primer ministro británico, David Cameron- o con cualquier otro evento social que diera brillo y notoriedad a la presencia de Rousseff en Washington. En lugar de eso, la presidenta brasileña cenó anoche en la embajada de su país.

EE UU reconoce la dimensión alcanzada por Brasil en los últimos años, pero aún tiene dudas sobre el uso que el gobierno brasileño puede hacer de ese poder. “Todo el mundo sabe que somos las dos mayores y más diversas democracias, las dos mayores economía de nuestro hemisferio. Pero lo que puede que no se sepa es que, precisamente porque somos democracias, tenemos una obligación especial a defender nuestros valores”, declaró la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en un acto junto a su colega brasileño, Antonio Patriota.

La Administración norteamericana recela del Gobierno brasileño desde que el anterior presidente de ese país, Luiz Inacio Lula da Silva, intentó jugar un papel de mediador con Irán en unas condiciones que, según la perspectiva de Washington, debilitaba el aislamiento impuesto por la comunidad internacional sobre el régimen islámico. Aunque Rousseff, del mismo partido que Lula, ha tratado de prescindir de ese tipo de actuaciones tan expuestas, EE UU sigue sin ver con buenos ojos el desarrollo de un bloque de potencias alternativas, conocido como BRICS, al que Brasil pertenece, junto a China, Rusia, India y Suráfrica. Brasil manifiesta discrepancias con la presión que EE UU patrocina contra el régimen de Siria y continúa sin respaldar la política norteamericana respecto a Irán. En la agenda continental, Rousseff hizo recientemente una visita a Cuba que refleja el criterio diferente con el que los dos países afrontan las relaciones con Raúl Castro.

La consecuencia de esas tensiones en los últimos años ha sido que, pese a que el intercambio bilateral ha crecido modestamente -74.000 millones de dólares en 2011-, EE UU ha sido sobrepasado por China como el principal socio comercial de Brasil, que en estos momentos diversifica sus contactos internacionales con el objetivo evidente de competir por el predominio en América o, al menos, ser reconocido como una pieza esencial en este continente. Esa competencia, así como su capacidad para hacerla más constructiva, podrá visualizarse dentro de unos días en la Cumbre de las Américas, a donde tienen previsto acudir tanto Obama como Rousseff. El asunto de Cuba será uno de los principales puntos a observar.

Guido Lucini

Fuente: EL PAIS

EE.UU Evita la recesión técnica, pero está lejos salir del agujero

Estados Unidos se aleja de la recesión. Y presentó otra prueba que lo certifica. La mayor economía del mundo creó 243.000 empleos netos en Enero, lo que supone una aceleración frente a los 203.000 que se dan para diciembre y los 157.000 de noviembre. Es el ritmo más sólido desde abril de 2011. La tasa de paro, entre tanto, bajó dos décimas, al 8,3%, un nivel que no se veía desde febrero de 2009.

EE UU lleva creando empleo, con altibajos, desde hace dos años. Es una progresión que puede ayudar algo a la Administración de Barack Obama de cara a su reelección en noviembre. Pero para que el mercado laboral vuelva a la situación previa a la crisis, se necesita crear aún seis millones de empleos. Y como dijo ayer Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, el rendimiento de la economía es “frustrante”.

El sector privado es el motor de la creación de empleo. Sumó 257.000 puestos de trabajo, frente a 220.000 en diciembre. También en este caso supera las expectativas, que daban unos 163.000 para enero. La contratación está extendida por todos los sectores. Pero si se tiene en cuenta las personas forzadas a trabajar a tiempo parcial o las apartadas del mercado laboral, el subempleo afecta al 15,1%.

El indicador supera con creces lo que anticipaban los analistas. El consenso de mercado esperaba una desaceleración en el ritmo de creación de empleo en el arranque de 2012, hasta los 125.000 contratos netos. Y como consecuencia de ello, que el paro permaneciera estable en el 8,5%. A diferencia de meses pasados, la mejora en el paro se debe a una mayor contratación.

De hecho, el mes pasado había aún 12,76 millones de personas sin trabajo. Y de ellos, 5,5 millones llevan más de seis meses desocupados. El ritmo de creación de empleo visto en enero sería suficiente para reducir el paro de una forma sólida, capaz de absorber el incremento de la población. Pero debería hacerlo durante varios años para volver al 5% previo a la recesión. Eso llevará tiempo, dijo ayer Bernanke

Fuente: El Pais

DIA, EL ESPAÑOL EN EXPANSIÓN, EN MOMENTOS DE CRISIS!

Tras su estreno en Bolsa el pasado julio, Dia cierra su Primer mes en el IBEX, periodo en el que ha subido un 1,17%. El grupo de distribución, que ha centrado su crecimiento en mercados emergentes como Argentina o Brasil ha sido muy bien recibido por los analistas. Tres cuartas partes de los expertos aconseja comprar.

Los analistas han recibido a Dia con los brazos abiertos. La empresa de supermercados lleva un mes en el Ibex y es una de las firmas que más recomendaciones positivas recibe en el mercado español.

Ahorro Corporación, por ejemplo, destaca el carácter defensivo del negocio, al centrarse en el consumo básico en formato descuento, por tanto menos sensible a la crisis. Diagnóstico: recomiendan comprar y consideran que a su precio actual, 3,62 euros, la acción está barata: calculan que debería valer 3,95 euros, lo que supone un potencial alcista de +9,1%. Bankia valora aún más a Dia, y estima que el precio de sus acciones debería de ser de 4,51 euros. Según explica la entidad, los mercados emergentes continuarán ganando peso y serán los que mayor crecimiento aporten.

La cadena de supermercados, pese a la crisis y el desplome del consumo, multiplicó por siete su beneficio en los primeros nueve meses del 2011 e incrementó su número de tiendas. El grupo tiene en marcha, además, un plan de productividad cuyo objetivo son 230 millones de ahorros a finales de 2012. Según fuentes del grupo citadas por el diario El País, este plan supondrá 83 millones a lo largo de 2011.

Dia también es la mayor empresa española presidida por una mujer, la venezolana Ana María Llopis. La empresa figura en la cartera modelo de Renta4. La firma apuesta por el consumo no cíclico del grupo y su buena relación calidad-precio, que confieren a los supermercados un «carácter defensivo». Renta4 destaca también la modernización de formatos de Dia, con Dia Market (establecimientos con «mayor» variedad de productos y nuevas secciones, como los hornos de pan y bollería) y Dia Maxi (mejor relación calidad-precio, ofertas y promociones) y la creciente expansión a mercados emergentes, ya que «impulsa las ventas». Otorgan por ello al grupo un precio de 4,03 euros la acción, un potencial de +18%.

En general, 16 firmas han emitido una recomendación favorable a Dia. El 76% de los analistas que han valorado Dia recomiendan comprar acciones del grupo. El 20% recomienda mantener y el 4% vender, según Bloomberg. De media, los analistas establecen que el precio de la acción del grupo se eleve de 3,62 euros a 4,02 euros.

Entre los escasos detractores de Dia se encuentra la firma japonesa de inversión Nomura, que critica los malos resultados que el grupo cosechó en Francia el pasado año, donde las ventas comparables de Dia en el mercado francés cayeron un 6,8% entre enero y septiembre. Sin embargo, Nomura resalta que la caída de las ventas en Francia «ha sido compensada por unas expectativas más optimistas en los países emergentes, España y Portugal».

Dia, que debutó en la Bolsa el pasado julio a través de un listing (sin realizar una oferta previa) tras la escisión de su matriz Carrefour, se ha estrenado en el Ibex por todo lo alto y apunta maneras para permanecer en el índice selectivo. Una de las claves en las que coinciden todas las valoraciones positivas de los analistas es su expansión en los mercados emergentes. Según datos de 2010 del desglose de ventas, el grupo de alimentación vende el 42,9% en España, el 26,3% en Francia, el 10,7% en Brasil, el 8,6% en Portugal, el 5,8% en Argentina, el 1,7% en China y el 4,0% en Turquía. «La previsión es que la participación de los emergentes en los ingresos de la empresa pasen del 22% al 30% en 2013», aseguraba en julio a Cinco Días Ricardo Currás, consejero delegado del Grupo Dia.

Dia cuenta con 6.609 tiendas repartidas en siete países (una cifra que espera aumentar en más de 8.000 en 2013) y 45.000 empleados. Actualmente se encuentra en el puesto 24 del Ibex, con una capitalización de 2.461.234.328 millones de euros, situándose por delante de empresas como Ebro Foods, Indra, Abengoa o Gamesa.

Fuente: Cinco días