¿Es urgente la reforma de las pensiones?

Según un informe confeccionado por el servicio de estudios del Banco de España, con la evolución demográfica, que propiciará el aumento exponencial de la población mayor de 65 años y reducirá la masa cotizante, el modelo actual de pensiones no aguantará en el futuro si no se le introducen modificaciones. Entre ellas, se propone aumentar la edad de jubilación (se cita como ejemplo el caso de Alemania, donde recientemente han aprobado su elevación gradual hasta los 67 años); ampliar a toda la vida laboral, en lugar de los actuales últimos 15 años de cotización, el plazo sobre el que calcular la cuantía de la prestación; ajustarla al aumento de la esperanza de vida y “estrictamente” al IPC y no, como ahora, solo al alza. También se apunta el estudio la conveniencia de abrir un debate sobre la complementariedad del modelo público con uno de capitalización, dado lo “reducido” de las pensiones españolas.

En el epicentro de la crisis económica, el Gobierno ha tratado de enviar mensajes tranquilizadores a la ciudadanía, asegurándoles que en ningún caso habrá recortes en las pensiones, ni se retrocederá en las coberturas y derechos adquiridos. El amigo Corbacho insistía en que las pensiones están garantizadas «hasta el 2025», mientras que un día más tarde abogaba por elevar la edad real de jubilación a los 65 años, desde los 63 actuales, restringiendo a casos “excepcionales” las prejubilaciones. Por su parte, su homóloga de Economía, Elena Salgado, subrayaba que lo único que las pensiones harán “es crecer”, en referencia a la posibilidad apuntada por el Banco de España de revisarlas también a la baja, en caso de que la inflación caiga en lugar de subir. Pero lo cierto es que los expertos coinciden mayoritariamente en que hay que revisar el modelo e introducir cambios.

Jordi Ubach

Protesta sin calzones
Protesta sin calzones

Medidas de inflación

Resumen Nota Técnica sobre la inflación:

Entendemos como inflación como un aumento general de precios. Es decir, con el mismo nivel de renta tenemos menos dinero para comprar los mismos bienes y servicios que comprábamos antes. En otras palabras, tenemos menos capacidad adquisitiva.
Esto nos obliga a definir el concepto de renta real. Entendemos como renta real el poder adquisitivo de nuestra renta, es decir, la cantidad de bienes y servicios que podemos comprar con ella.
Un ejemplo claro sería el de aquella persona en la cual le suben los precios un 10% y en cambio su incremento de renta es solo del 5%. En este caso se produce una inflación no esperada.
El hecho que aumente la renta tanto como la inflación depende de varios factores, el más importante de ellos es la facilidad con que se puede ajustar la renta, es decir, el grado de variabilidad de la misma. Entendemos que en un entorno competitivo será mucho más difícil ajustar precios para compensar posibles aumentos de la inflación. En cambio, en entornos de poca competencia eso no ocurre. El hecho de que haya inflación no esperada perjudica gravemente a esas persones con rentas fijas (ej. pensionistas). Del mismo modo los acreedores y deudores pueden salir muy perjudicados con esta situación.
Por el contrario cuando la inflación es esperada el efecto es diferente, es decir, sus efectos redistributivos se reducen porque los individuos y las empresas toman medidas para protegerse de sus efectos. Ejemplos:
– cláusulas salariales con un incremento de coste de vida
– los bancos incluyen la tasa de inflación en su tasa de interés

Calculo de un índice de precios:
La inflación se intenta medir utilizando un índice de precios.

Índice de precios = Precio en un período dado
Precio en el periodo base

El índice de precios nos informa del grado en que el precio de un determinado artículo ha aumentado o disminuido desde el periodo base. El IPC es el índice más conocido. Intenta medir el poder adquisitivo del dinero de los consumidores mediante comparación del coste actual de cerca de 400 bienes y servicios con el coste de esta cesta en una fecha anterior.

Además del IPC hay otros indicadores de precios como el índice de precios a la producción (IPP) y el deflactor implícito de precios (DIP). Estos se interpretan exactamente del mismo modo que el IPC. Ejemplo: un índice de 170 implica que los precios han aumentado un 70% desde el periodo base.

Jordi Ubach

¿Los inmigrantes se llevan la peor parte de la crisis?

La tasa de paro entre inmigrantes es hoy del 28,4% en España y del 30,5% en Catalunya. Uno de cada tres inmigrantes sin trabajo es mucho. Y eso explica que el movimiento de regreso a sus países de origen, aunque lento, haya empezado ya. Además, los cerca de medio millón de extranjeros sin trabajo tienen muchas más dificultades para enviar dinero a los familiares que se quedan en sus países de origen, con lo que la crisis se amplifica más allá de las fronteras.

La teoría económica asegura que en una situación de crisis como la actual, las entradas de mano de obra extranjera se reducen y aumentan los retornos. Ocurrió, por ejemplo, durante el proceso de reunificación de Alemania, según un informe del servicio de estudios de La Caixa.

Los inmigrantes llevan varios meses sufriendo una reducción del número de afiliados a la Seguridad Social que tiene su reflejo en el alza de los desempleados, cerca de medio millón según los datos del Inem de marzo. Si se toman los datos de la EPA, las cifras son similares y se aprecia como la tasa de paro de los extranjeros se situó en el primer trimestre del año en el 28,39% mientras que en el caso de los españoles está en el 15,2%. Lo que más temen todos es que quizás lo peor de la crisis esté por llegar….

Viendo lo que veo la crisis no parece igual para todos…. ¿Cómo puede haber integración sin trabajo? ¿Tiene el estado que seguir ofreciendo ayudas para estos sectores? ¿Quién debe pagar el supuesto retorno a sus países?
Ahí lo dejo…..

Jordi Ubach