El 2018 es el año donde se modera la ralentización del crecimiento y el que va a sacar por fin a España del procedimiento de déficit excesivo. Sin embargo, el esfuerzo para mantener un PIB robusto y presentar ante Bruselas un desfase presupuestario inferior al 3% ha quedado totalmente eclipsado por la incertidumbre que se cierne sobre la economía debido al conflicto catalán. A pesar de mantener el incremento previsto de la actividad en el 3,1% para este 2017, las proyecciones de cara al próximo año se han ido ensombreciendo a partir de los sucesos del 1 de octubre.
El Gobierno español ha rebajado sus previsiones –del 2,6% al 2,3%–, al igual que buena parte de los gabinetes de estudios, aunque sean más optimistas. Instituciones públicas, organismos internacionales y expertos coinciden, en todo caso, en señalar a Catalunya como el polo fundamental de riesgo a la baja en el avance de la economía. De todas formas, ya se esperaba crecer en el 2018 por debajo del fuerte ritmo de los últimos años, a medida que los denominados vientos de cola van perdiendo fuerza.
El precio del petróleo se recupera , los tipos de interés no se mueven y la política monetaria es menos expansiva. El crecimiento del euro se va a ver reflejado a nivel económico mundial aunque en España se va a ver ralentizado el crecimiento.
Noticia extraída de La Vanguardia.