La palabra emprendedor suena bien desde fuera y algo diferente si se vive en primera persona. Sacar adelante un proyecto con tesón y no siempre con el apoyo que cabría esperar requiere de optimismo. Si a esto se le añade el compromiso de querer hacer las cosas pensando en el medio ambiente, de forma artesanal y respetando el entorno, el reto es ya de altura…
El mundo del emprendimiento es un mundo que me apasiona, por ello creo que el gobierno debería ayudar más a los emprendedores (Como se hace en la mayoría de países Europeos) y no ponerles tantas trabas legales y fiscales (Como se hace en España).
Fuente: EL MUNDO
Anuncios